
Adif está ultimando un plan para extender una red de ferrolineras por toda España que permita recargar los coches eléctricos tanto en las ciudades como en mitad de las carreteras, como sucede actualmente con las gasolineras.
El gestor ferroviario ya tiene dos ferrolineras en Málaga y Santander que están pegadas a las estaciones del tren, pero el objetivo ahora es "ser más ambicioso" y poner estos puntos de recarga cerca de las subestaciones o de cualquier punto de la red convencional y de alta velocidad, lo que permitirá integrarlos en áreas de servicio. Para poner en marcha el proyecto, que tendrá el plan de negocio definido en dos meses, la compañía presidida por Isabel Pardo de Vera está buscando un socio privado.
El objetivo es "ser más ambicioso" y poner puntos de recarga cerca de las subestaciones o de cualquier punto de la red
Hasta la fecha, los directivos de Adif ya se han reunido con distintos actores para analizar distintas alternativas de despliegue de la red y ver cuánto de ambiciosos pueden llegar a ser en un primera etapa. La idea inicial es empezar en conurbaciones urbanas que tengan una gran población como Barcelona, Madrid o Valencia. "Las empresas con las que se ha hablado están muy interesadas. Hay fondos de inversión que quieren participar, empresas de energía, fabricantes de coches...", explican fuentes conocedoras de los primeros contactos.
Así, se ha hablado con firmas como Repsol, que ya ha empezado a instalar puntos de recarga, Cepsa, Endesa o Iberdrola, que se han mostrado muy receptivas ante el proyecto de Adif, que no persigue competir con este tipo de compañías. "Queremos hacer un modelo atractivo para todos. La idea no es competir con las eléctricas si no aportar nuestra capacidad para montar parte de los 500.000 puntos de recarga que hacen falta para dar un impulso al coche eléctrico", aseguran fuentes del gestor. Para seleccionar el socio privado Adif sacará un concurso.
Para recargar los coches, que podrían tener las baterías llenas en 20 o 25 minutos, el gestor prevé utilizar la electricidad que les sobra. Es decir, la que se recupera de la frenada de los trenes y se devuelve a la red y la de las llamadas horas valle que es la que no se consume porque hay horas que no pasan trenes. "Nosotros tenemos mucha electricidad de origen cien por cien renovable que no usamos y con este proyecto la aprovecharemos", explican fuentes de Adif.
El impulso de este proyecto ha llevado al gestor ferroviario a desarrollar un prototipo que permite enganchar un cable a la red de Adif que va hasta un armario transformador que está pegado al punto de recarga. El prototipo está patentado por la compañía y ha sido desarrollado por Citrac y Comsa, que valoran cada unidad en unos 200.000 euros. Cifra que la firma asegura que va a rebajarse mucho cuando se empiecen a fabricar en un gran número y lancen un concurso para ello.
El gestor apuesta por extender esta red para impulsar la movilidad eléctrica dentro su estrategia de sostenibilidad e impulso de una movilidad más limpia. Objetivo que le ha llevado a implanta la prueba piloto del proyecto Ecomilla en la estación de Atocha (Madrid), lo que supondrá una reordenación de espacios de los distintos aparcamientos de la terminal. En este punto, Adif ya está negociando con Saba, que tiene la gestión de los aparcamientos, para introducir mejoras en el servicio que aleje los coches.
Contrato programa, en tres meses
Adif espera que el Gobierno apruebe su contrato programa en tres meses. El contrato, que lleva pendiente desde 2010, es a cinco años que incluye una dotación de 5.000 millones de euros para la red convencional y de 10.000 millones para la de alta velocidad. Asegurar la sostenibilidad financiera de la compañía y prepara una nueva emisión de deuda, aunque ni el monto ni la fecha están definidas.