
El Santander ha inyectado 335 millones en su nueva promotora de suelos, Landmark. El grupo creó en 2019 esta sociedad para desarrollar los terrenos que se ha ido adjudicando a los largo de la crisis y que aún mantiene en cartera, con el objetivo de gestionarlos y sacar una mayor rentabilidad.
El banco, incluso, podría desprenderse de una participación con la búsqueda de un socio para desconsolidar estos activos y acelerar la limpieza de improductivos, tal y como hizo con la venta del ladrillo del Popular en 2018.
Según las últimas cifras disponibles, la entidad cántabra cuenta con suelos por un valor bruto de 4.416 millones de euros que, una vez descontadas las provisiones por deterioro, están tasados en 1.616 millones netos. Del total, unos 1.600 millones (619 millones netos) están calificados como terrenos urbanos.
A través de una ampliación de capital realizada en diciembre, el Santander desembolsó dicha cantidad en Landmark, firma que ha ido configurando a lo largo del ejercicio pasado. Tras el verano, fichó a dos directivos especialistas en el sector inmobiliario para liderar áreas clave del proyecto.
Por un lado nombró a José Córdoba, hasta entonces director de promoción de Acciona Inmobiliaria España, responsable de desarrollo de la compañía; y, por otro, designó a Pedro Rodríguez Agudín, procedente de Aelca, director de negocio. La franquicia está encabezada por el presidente Pedro Pablo Arechabaleta, un hombre de la casa que desempeñó en el pasado cargos en el antiguo Banesto y en Urbis.
Desde primavera, Alberto Quemada desde el sillón de consejero delegado ha ido confeccionando la nueva promotora. Este directivo, también experto en el sector, ocupó distintas funciones en Ferrovial Inmobiliaria y en Quabit.
La banca española aún acumula en sus balances inmuebles por un valor de unos 40.000 millones de euros
Este equipo tendrá como misión dar valor a los activos, con el fin de que generen menos pérdidas de las previstas inicialmente y sean un menor lastre para el Santander. Hasta ahora los suelos que tenía en banco estaban distribuidos por diferentes sociedades y formaban parte del perímetro de activos adjudicados, que en diciembre de 2018 ascendían a 10.333 millones brutos (5.226 millones netos).
Los reguladores reclaman celeridad en la venta de estos activos. La banca española aún acumula en sus balances inmuebles (viviendas, locales, participaciones industriales y terrenos) por un valor de unos 40.000 millones de euros, una cantidad que, aunque es menos de la mitad que en los peores años de la crisis, está lastrando sus cuentas y sus rentabilidad.