BBVA ha vendido a Intrum una cartera de préstamos fallidos por un valor nominal de 2.500 millones de euros, con lo que continúa limpiando su balance de activos deteriorados. El lote es uno de los mayores que se logra desinvertir en nuestro país de estas características.
Con esta adquisición, la gestora fortalece su posición en el mercado, al mismo tiempo que refuerza su posición como socio de referencia para las entidades financieras europeas.La venta de créditos sin garantía es la más importante que ha hecho BBVA hasta la fecha.
"Estamos muy orgullosos de haber cerrado un contrato histórico en nuestro mercado en España y de poder agregar esta cartera a nuestra actividad. Esta adquisición demuestra nuestra capacidad en la generación de valor para nuestros clientes y el compromiso con ellos en la prestación del mejor servicio, aplicando los más altos estándares éticos y de calidad en la gestión de crédito", afirma Alejandro Zurbano, director general de Intrum en España.
La cartera, enmarcada en el proyecto Juno, cuenta con más de 300.000 expedientes, la mayoría préstamos a consumidores. "Esta operación es la séptima que realiza Intrum en 2019 representando un hito en la estrategia de inversión de la compañía en España", destaca en una nota Javier Aranguren, director de Inversiones de Intrum.
BBVA, con la operación, logrará plusvalías que podrían alcanzar los 250 millones, teniendo en cuenta que los préstamos fallidos están provisionados al 100 por ciento y los inversores suelen ofrecer entre un 5 y un 10 por ciento del nominal.
Este ejercicio el banco no había llevado a cabo ningún gran traspaso de activos tóxicos, después de que en 2018 se deshiciera de un lote de 1.500 millones de hipotecas impagadas. Un año antes alcanzó un acuerdo para desprenderse de todos sus inmuebles, de 13.000 millones de euros.
