
La mayor entidad bancaria de Alemania, Deutsche Bank, continúa dando pasos en el marco de su proceso de reestructuración. La firma ha vendido al banco estadounidense Goldman Sachs un paquete de activos valorado en más de 46.000 millones de euros.
En su mayor parte, los activos están conformados por deuda de países emergentes que anteriormente formaron parte de la cartera del banco malo de Deutsche Bank, según desveló Bloomberg en fuentes cercanas a la operación.
La reducción del tamaño del balance es el pilar fundamental sobre el que reposa el plan de reestructuración que el actual consejero delegado de Deutsche Bank, Christian Sewing, anunció el pasado mes de julio. El directivo está llevando a cabo este movimiento con el objetivo de reducir costes, mejorar la rentabilidad y disminuir las exigencias de reserva de capital de los supervisores limitando el riesgo que representa la entidad.
En concreto, Sewing se ha comprometido a reducir la exposición al apalancamiento que tiene el banco malo del Deustche Bank hasta los 119.000 millones de euros a finales de este año desde los 177.000 millones de euros que tenía a finales de septiembre, por lo que con el acuerdo con Goldman la merma es algo superior a la cuarta parte del total. Previamente, el banco alcanzó un acuerdo para transferir su negocio de fondos de inversión a BNP Paribas y también vendió parte de su cartera de derivados de renta variable a Barclays y Morgan Stanley, por lo que la limpieza se acerca a los objetivos.
Pérdidas millonarias
La venta de los activos a Goldman se produce después en un momento complicado para el gigante alemán. En los nueve primeros meses del año registró pérdidas de 4.116 millones, frente al beneficio neto de 455 millones contabilizado en el mismo periodo del ejercicio anterior. Los números rojos se deben en gran parte a las provisiones realizadas para hacer frente a los despidos anunciados, que alcanzan los 18.000 empleos en tres años.
La cifra de negocio de Deutsche Bank entre enero y septiembre alcanzó los 17.816 millones, un 9,7% por debajo de los ingresos del banco en los nueve primeros meses de 2018. La facturación del área de banca corporativa aumentó un 2%, hasta 3.920 millones, mientras que la actividad de banca de inversión ingresó un 11% menos, hasta 5.443 millones y la banca privada redujo un 5% el margen, hasta 6.311 millones. Por su parte, la división de gestión de activos vio caer un 1% la misma partida, hasta 1.662 millones. En el tercer trimestre, las pérdidas de Deutsche Bank ascendieron a casi 1.000 millones.
La venta apenas afectó a la cotización de la alemana, que subieron un 1,14% en bolsa
"Nuestra transformación está totalmente en marcha con un progreso tangible en los costes y la eliminación de riesgos", declaró recientemente el consejero delegado de Deutsche Bank, Sewing, destacando que la ratio de capital básico CET1 de la entidad se mantuvo estable en el 13,4% al cierre del tercer trimestre.
Asimismo, el máximo ejecutivo del banco alemán subrayó que, al excluir cargos relacionados con la reestructuración, los costes de la entidad disminuyeron un 4% anual.