La depreciación de las participaciones del Frob en Bankia y la Sareb aumentaron las ayudas públicas al sector financiero desde 2009. Según el Banco de España, en 2018 crecieron en 543 millones hasta los 42.560 millones, al ascender a 297 millones la rebaja de valoración en Bankia y de 382 millones en la Sareb y el aumento de garantías otorgadas en Catalunya Banc.
Las garantías adicionales ofrecidas a la banca para integrar en sus estructuras las cajas de ahorro quebradas siguen engordando la factura del rescate bancario. La factura del rescate bancario va creciendo a un ritmo de más mil millones anuales. En 2013, quedó cuantificado por el Banco de España, justo cuando en la reordenación bancaria las cajas de ahorro terminaron integradas en grupos bancarios, en la mayoría de los casos o continuando como bancos, en 60.000 millones de euros, teniendo en cuenta que casi 40.000 millones fueron aportaciones de dinero público a través del Frob y los otros 20.000 millones por parte del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), financiada por los propios bancos.
Según el Banco de España, en la última actualización del proceso de reestructuración del sistema financiero que arrancó en 2009 la cifra asciende a 65.572 millones, teniendo en cuenta las aportaciones del Frob (42.561 millones) y del Fondo de Garantía de Depósitos (23.163 millones), lo que supone 1.376 millones más respecto a 2017. La mayor parte corresponde al aumento de los Esquemas de Protección Activos (EPA) en la CAM, que fue absorbida por Bancos Sabadell, y en Unnim, las antiguas cajas de ahorro catalanas que fueron integradas en BBVA.
Cinco años después, el importe total asciende a 65.725 millones. La razón hay que buscarla en el aumento de las garantías otorgadas para la potencial, no tan potencial, pérdida de valor de los activos de las entidades integradas y la depreciación de las participaciones que todavía posee el Frob (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) en Bankia y la Sareb, el banco malo que engulló el ladrillo tóxico del sistema financiero española.
Desde entonces esta tendencia no se ha frenado. El Banco de España ha publicado la actualización de las cifras a cierre de 2018 mostrando un aumento de 1.376 millones de euros. Este aumento se reparte en 832 millones por parte del FGD y de 544 millones por parte del Frob. En el caso del Frob, el aumento de las ayudas públicas corresponde a la depreciación de 297 millones hasta 9.560 millones en su participación en Bankia, y no en los 9.857 millones, de un año anterior. Esto significa el Frob que en la práctica, reduce el importe potencial que espera recuperar en Bankia, una vez que sea vendida. Las ayudas a la antigua Caja Madrid ascendieron por encima de los 24.000 millones.
La Sareb, el conocido como banco malo que fue el encargado de absorber los activos tóxicos del sistema financiera, es la otra fuente de mayores pérdidas en las ayudas públicas. El Frob ya da por pérdida su inversión de 2.192 millones al aumentar la depreciación en 382 millones. La valoración de la Sareb en las cuentas del Frob asciende a 168 millones, después de que la Sareb redujera su capital a cero y capitalizar el 60% de la deuda subordinada. El aumento de las garantías otorgadas a Catalunya Banc, que fue adjudicada a BBVA, también contribuye al dinero público perdido en el sector financiero. Las garantías dadas a BBVA,para integrar a la entidad que fue rescatada por 12.000 millones, ha aumentado en 21 millones hasta los 547 millones. Por otra parte, el Frob ha conseguido reducir garantía y EPAs en Novacaixagalicia y Banco de Valencia.
Las aportaciones del FGD han aumentado en 832 millones hasta los 23.164 millones por el aumento de las EPAs en la CAM, integrada hoy en Banco Sabadell, e Unnim, las pequeñas cajas catalanas que fueron adquiridas por BBVA. En concreto, la EPA ha pasado de 6.480 millones a 7.225 millones para la antigua caja valenciana y de 1.742 millones a 1.949 millones en el banco azul.
Las aportaciones directas de capital no fueron las únicas ayudas que recibieron las cajas de ahorro, también se comprometió capital futuro para los posibles problemas que pudiera haber en las integraciones. Además de las aportaciones de capital, el Banco de España estima que los fondos provisionados para hacer frente a estos costes se sitúa en 12.480 millones de euros en el caso de los EPA y 1.908 millones para otras garantías, algunas de ellas ya ejecutadas.
El Banco de España en su informe también incluye las ayudadas aportadas por el Estado contra los problemas de liquidez de todo el sector. Por un lado, participó en el Fondo para la Adquisición de Activos Financieros (FAAF), que se liquidó en junio de 2012 con un beneficio para el Estado de 650 millones de euros por cobro de intereses. Y por otro, concedió avales por más de 110.000 millones para cubrir emisiones de la banca. Supuso un ingreso para el Estado por comisiones cobradas de 3.060 millones.