Empresas y finanzas

La politización de Nike y Under Armour también pasa factura a su cúpula directiva

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Esta semana, los fabricantes de ropa deportiva estadounidenses Nike y Under Armour anunciaban la próxima salida de sus respectivos consejeros delegados, Mark Parker y Kevin Plank, respectivamente.

Una transición que además de coincidir con un contexto económico incierto, marcado especialmente por las tensiones comerciales con epicentro en Washington, también se produce después del posicionamiento de ambas compañías en un clima político especialmente polarizado a este lado del Atlántico.

En el caso de Nike no se pueden pasar por alto episodios como la retirada de sus zapatillas Air Max 1 USA, que suscitaron una amplia polémica por incluir la bandera estadounidense de Betsy Ross. Este símbolo, que incluye 13 estrellas en un círculo, se asoció con grupos supremacistas dado que la bandera se vincula al periodo de la esclavitud estadounidense.

Por ello, el influyente ex jugador de fútbol americano Colin Kaepernick mostró su malestar con el fabricante de ropa deportiva y recomendase la retirada de estas del mercado. Kaepernick, deportista que Nike utilizó en una campaña publicitaria, es una figura controvertida por apoyar su rodilla en el suelo antes de los partidos al sonar el himno estadounidense.

Las compañías han sufrido llamadas al boicot por sus aparentes posiciones políticas

Estas acciones llevaron a muchos usuarios de Internet a reaccionar negativamente contra Nike, compañía que llegó a ser tachada de "antipatriótica". También se encomió a los consumidores a boicotear a la empresa incluyendo el hashtag #BoycottNike.

Pero Plank, fundador de Under Armour, tampoco ha esquivado ser objeto de debate por su apoyo inicial al presidente de EEUU, Donald Trump. En 2017 fue criticado por algunos de sus patrocinados, incluidos Stephen Curry y Dwayne Johnson, por asegurar en una entrevista que los antecedentes comerciales del Trump lo convirtieron en "un activo real" para el país.

Plank se vio obligado a tomar medidas publicando un anuncio a toda página donde aclaró que sus comentarios no reflejaban con precisión sus intenciones. Durante dicho año fue uno de los directivos que presentaron su renuncia del consejo empresarial creado por la Casa Blanca tras la respuesta de Trump a las manifestaciones ocurridas en Charlottesville, Virginia, que se cobraron la vida de una persona.

Brujó (Interbrand): "La política es nefasta para las marcas, lo único que hace es dividir"

"La politización de las marcas es negativa", reconoce Gonzalo Brujó, global chief global officer de Interbrand, consultora especializada en marcas. "La política es nefasta para las marcas, lo único que hace es dividir y de alguna manera, desde el punto de vista de marca, no las termina ayudando", añade.

Aún así, la politización de compañías como Nike o Under Armour no han sido los únicos factores que han acabado impulsando los cambios en sus respectivas cúpulas directivas. Bajo el reinado de Parker, Nike ha experimentado un fuerte crecimiento, particularmente en mercados internacionales como China. Pero la compañía también ha enfrentado escándalos, como el caso de dopaje relacionado con el entrenador respaldado por Nike, Alberto Salazar, además de acusaciones por discriminación de género.

Under Armour no ha logrado aumentar la competitividad con sus rivales más grandes

Del lado de Under Armour, el Wall Street Journal sacó los colores al fabricante de ropa deportiva el año pasado al descubrir una cultura corporativa inapropiada hacia las mujeres. Se habló de numerosas visitas a clubes de striptease que a menudo incluían a Plank, abonadas a la empresa.

Fuera de este ámbito, el fundador de Under Armour no ha logrado aumentar la competitividad con sus rivales más grandes, a pesar del aumento del interés del consumidor por la ropa deportiva. De hecho, la compañía ha cerrado sus dos últimos años fiscales registrando pérdidas.

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