
La importancia para las compañías de nuestro país del pacto es esencial, ya que casi la mitad del tejido industrial tiene de alguna manera exposición al mercado británico por sus relaciones comerciales, más allá de su implantación física al otro lado del Canal de la Mancha. En concreto, un 46% de las sociedades nacionales declaran tener algún tipo de dependencia con el mercado británico, según un informe realizado por KPMG.
Buena parte de grandes, medianas y también pequeñas empresas, por tanto, tendrán algún tipo de impacto por la salida del Reino Unido de la zona comunitaria. El 18% realizan exportaciones; el 13% cuenta con filiales allí, en las que tienen desembolsadas importantes sumas de dinero (que se calculan en unos 70.000 millones); el 7% materializa importaciones; el 5% tiene una sucursal para poder llevar cabo diferentes operaciones; y un 3% lleva a cabo otro tipo de actividad.

Según el estudio, el sector agroalimentario español es el más expuesto, debido principalmente al volumen de ventas de sus productos en reino Unido, una situación que afecta también del mismo modo a las empresas de transporte, la automoción y la química. La banca y las telecomunicaciones están muy presentes, pero su peso es más relativo y se debe a casos individuales significativos. Hay que tener en cuenta que entre las empresas que más dinero han desembolsado en el mercado británico para hacerse un hueco con la toma de empresas se sitúan Telefónica, el Santander y el Sabadell. La operadora ha invertido 20.000 millones, mientras que el banco cántabro, 15.000 millones.
Para las compañías agroalimentarias la evolución de los acontecimientos es vital, sobre todo teniendo en cuenta la guerra arancelaria declarada por Donald Trump a determinados productos. El mercado británico es el quinto destino de las exportaciones agroalimentarias de nuestro país, con cerca de 4.000 millones, es decir, el 11% del total. La huerta española vende productos por unos 1.900 millones al Reino Unido.
Las empresas señalan que las áreas que más se verían afectadas serán el financiero, por las implicaciones que conlleva la desconexión. Tipos de cambio, repercusiones económicas como crecimiento de los países o la inflación, ect. dependerán en gran medida de cómo se gestione la salida de la Unión Europea. Los departamentos de fiscalidad modelo de negocio y legal también se verán trastocados.
Una parte significativa, sobre todo las de mayor tamaño y las que se juegan una parte relevante de sus ingresos o beneficios, ya dispone de planes de contingencia y de medidas a adoptar en función de los diferentes escenarios y de las repercusiones que, a priori, ahora serán menores.
Grandes firmas
Santander, Sabadell, Iberia, Iberdrola, Ferrovial, Gamesa y Telefónica son los valores españoles con más exposición en Reino Unido y serían las más afectadas por el Brexit, aunque su capacidad de resistencia también es más potente debido a una diversificación de mercados amplia.
Estas grandes multinacionales españolas se juegan en algunos casos cerca de una quinta parte de sus beneficios actuales en el avispero del Brexit, por lo que ante la posibilidad de una ruptura no pactada entre Reino Unido y la Unión Europa, estas empresas tienen ya a punto sus planes de contingencia.
Para el sector bancario el Brexit es todo un reto, incluso para aquellas entidades que no están presentes en el mercado británico o, incluso, ni si quiera cuentan con operativa allí, por los efectos colaterales. BBVA advertía a finales del año pasado en uno de los informes enviados a la SEC que la economía española podría llegar a entrar en recesión si se produce una salida desordenada de la Unión Europea por parte del Reino Unido. Esto provocaría una caída del crédito por un desplome de la demanda en un momento en que el sistema necesita aumentar su volumen de actividad para mejorar la rentabilidad. Ahora este escenario parece descartado, pero la economía sí se resentirá y crecerá menos de lo previsto.
Especialmente atentos a la evolución de los acontecimientos se encuentran Santander y Sabadell, cuyas filiales británicas tienen un peso significativos sobre sus ingresos y beneficios. Ambos cuentan con planes de contingencias diseñados desde hace tiempo ante los distintos escenarios escenario posible para sus intereses.
Dos serían los efectos más destacados sobre sus cuentas y sus balances. El primero de ellos vendría de la caída de la libra frente al euro. Desde hace tres años, cuando se produjo el referéndum para votar la salida, la moneda inglesa se ha depreciado casi un 20% con respecto a la divisa comunitaria, lo que reduce su contribución a las cifras consolidadas de ambos grupos. El segundo efecto se produciría por un probable descenso de la actividad crediticia.
Tanto Santander como Sabadell han comenzado a tomar medidas para paliar cualquier impacto negativo del Brexit, con menores inversiones y, sobre todo, con recorte de costes. El grupo cántabro está inmerso en un ajuste de oficinas, el 20% del total en UK, que afectará al 3,5% de la plantilla de su filial (1.270 trabajadores), mientras que el banco catalán ha anunciado una disminución de 400 empleados en 2020 y el 15% de su red de oficinas.
Para el Santander, Reino Unido representa casi un 20 por ciento de los beneficios totales, mientras que el Sabadell espera que una quinta parte de las ganancias lleguen del mercado británico en los próximos años, una vez solventado todo el coste de las incidencias de la integración tecnológica sufridas el ejercicio pasado.
Otras compañías muy presentes en el mercado británico son Telefónica. Su filial 02 supone el 14% de sus ingresos; Ferrovial, tiene el 25% del aeropuerto londinense Heathrow, aeropuertos regionales y está vendiendo Amey; Iberdrola está vinculada a través de su filial Scottish Power; IAG, que es propietaria de Iberia; y Cellnex, que acaba de comprar el negocio de Arqiva en Reino Unido, con lo que suma unas 8.000 torres. Estos son algunos de los grandes ejemplos de firmas españolas con intereses altos en Reino Unido y que han estado trabajando para paliar lo máximo posible los efectos del Brexit.
Fundamental para Iberia
Para Iberia es esencial el acuerdo y una salida ordenada. Una vez que Londres salga del club comunitario, su matriz IAG dejará de estar mayoritariamente controlada por capital europeo y podrían perder su licencia para sus rutas dentro de la UE, incluida España.
En general, la mayor parte de las empresas españolas con filiales británicas considera que la salida de la UE tendrá un efecto negativo o muy negativo para su actividad en el Reino Unido, pero el acuerdo pendiente de aprobación por el Parlamento británico alivia la presión.
Con el pacto, las islas se mantendrán como país con mayor potencial de internacionalización para las empresas españolas, ya que una separación ordenada no cambiará significativamente los fuertes vínculos de inversión que le unen a España, el avanzado marco administrativo y legal británico o su preparada fuerza laboral, entre otros aspectos relevantes, según un análisis realizado recientemente por el servicio de estudios de CaixaBank. El primero sigue siendo Francia por las históricas relaciones bilaterales.
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