Triste final -y esperado- para Thomas Cook. El turoperador más antiguo del mundo, con 178 años de historia, entra en suspensión de pagos y deja en el aire a miles de turistas, unos 600.000 afectados. En Canarias, donde el operador es el segundo de mayor peso, habría 25.000 turistas atrapados y en Baleares tenía programados este lunes 24 vuelos. La bancarrota de la compañía, que ha cesado sus operaciones con efecto inmediato, activará el mayor esfuerzo de repatriación en tiempos de paz en la historia británica.
Pero, ¿qué ha pasado? La caída de Thomas Cook se produce después de haber fracasado las negociaciones de emergencia entre su principal accionista -la china Fosun- y los acreedores. Con una deuda galopante de 1.700 millones de libras, la empresa se ha visto afectado por la competencia en internet, el Brexit y las caídas continuas de la libra, que han terminado por hundir a un gigante que llevaba muchos meses en problemas.
La compañía, que cuenta con 22.000 trabajadores -9.000 en el Reino Unido-, no ha logrado reunir los 200 millones de libras (unos 227 millones de euros) que necesitaba para su supervivencia a corto plazo tras una jornada completa -todo el domingo- de reuniones cruciales mantenidas en Londres.
"Todas las reservas del Grupo Thomas Cook, que incluyen los vuelos y las vacaciones, han sido canceladas", apuntó esta madrugada la Autoridad de Aviación Civil (CAA). Tras ello, el Gobierno ha dispuesto que se inicie un programa de repatriación durante las próximas dos semanas, que comenzará hoy y durará hasta el próximo 6 de octubre a fin de devolver a los turistas de este país al Reino Unido.
Golpe para Canarias y Baleares
La quiebra de Thomas Cook supone un golpe muy importante para el sector turístico español teniendo en cuenta que las aerolíneas de la agencia de viajes británica trajeron a España un total de 7,1 millones de viajeros el pasado 2018, según estadísticas del grupo Aena. De este total de pasajeros 3,3 millones vinieron a través de Condor Flugdienst -una firma que podría ser rescatada por el Gobierno alemán-, otros 2,6 millones a través de Thomas Cook Airlines y otros 1,2 millones a través de Thomas Cook Airlines Scandinav, las tres aerolíneas con las que cuenta la compañía.
La caída de este gigante golpea especialmente al turismo de Canarias y de Baleares. El presidente de la Federación de Hoteleros de Tenerife, Jorge Marichal, ha dado cuenta de su magnitud en una entrevista en Onda Cero esta mañana, al señalar que la quiebra de Thomas Cook "nos hace un roto", ya que este turoperador traslada al archipiélago entre el 20 y el 22% de los extranjeros que lo visitan.
El Gobierno se reunirá este martes con las CCAA más afectadas por la quiebra
Por su parte, la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, ha tildado este lunes de "absolutamente preocupante" la quiebra y ha anunciado que las Comunidades Autónomas afectadas, como Baleares, se reunirán este martes con la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, "para analizar la situación".
Los principales responsables de turismo de Canarias, Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana acudirán mañana a Madrid para reunirse con el ejecutivo central socialista y analizar la situación que resulta de la quiebra del grupo turístico más antiguo de Reino Unido.
A esta situación hay que sumar también el golpe para los hoteleros, que se verán afectados por la deuda que se va a generar de la no actividad de la compañía, las facturas que quedan pendientes de cobro y la pérdida de los puestos de trabajo que Thomas Cook tenía en España. Muchos turoperadores menores contrataban esta empresa para hacer el transporte aéreo y la quiebra va a afectarles también.
Según fuentes de Aena recogidas por Efe el turoperador tenía previsto esta semana 159 operaciones en Canarias. En concreto, esperaba operar 53 vuelos con más de 11.300 plazas con el aeropuerto Tenerife Sur, 58 con Lanzarote, donde había comercializado más de 6.500 plazas, y 30 vuelos con Fuerteventura, en los que disponía más de 6.800 asientos.
Otros 3.100 clientes habían comprado billetes para viajar en uno de los 16 vuelos que la empresa tenía previsto operar esta semana con el aeropuerto de La Palma, mientras que otros iban a volar a y desde Gran Canaria.
Según ha informado el gestor aeroportuario, los aeropuertos de Baleares concentran 24 cancelaciones, ya que hoy había programados 14 vuelos en Menorca y otros diez en Palma de Mallorca para este lunes.
El Gobierno británico, al rescate
El ministro de Transporte británico, Grant Shapps, ha asegurado que el Ejecutivo y la CAA dispondrán "docenas" de vuelos chárter para trasladar de manera gratuita a casa a los clientes afectados. Shapps, que consideró que el colapso del operador es una "noticia muy triste para los empleados y los turistas", ha señaldo que el Ejecutivo también cubrirá los costes de alojamiento de los clientes que disfrutaban de paquetes vacacionales.
"Pero la tarea es enorme, se trata de la mayor operación de repatriación en la historia británica (desde la II Guerra Mundial)", ha recordado Shapps, que alertó asimismo de que habrá "problemas y retrasos".
"Me gustaría disculparme con nuestros millones de clientes y miles de empleados, proveedores y socios que nos han apoyado durante muchos años"
El presidente ejecutivo de Thomas Cook, Peter Fankhauser, ha asegurado que lamenta profundamente el cierre de la empresa después de que no pudiera asegurar un paquete de rescate de sus prestamistas. "Me gustaría disculparme con nuestros millones de clientes y miles de empleados, proveedores y socios que nos han apoyado durante muchos años", ha afirmado Fankhauser en un comunicado emitido a primera hora de este lunes. "Es un profundo pesar para mí y para el resto de la junta que no hayamos tenido éxito", ha aseverado.
Thomas Cook, que opera en 16 países, cuenta con 105 aviones y posee 200 hoteles y complejos hoteleros con su marca, según su web, había previsto sellar esta semana un paquete de rescate con el conglomerado chino Fosun, estimado en 900 millones de libras (1.023 millones de euros). No obstante, fue retrasado por la exigencia de los bancos -como el RBS y el Lloyds- de contar con nuevas reservas de cara al invierno, que la firma no ha sido capaz de lograr.