
La precariedad del trabajo y el precio de las casas son algunas de las dificultades que encuentran los jóvenes en el acceso a la vivienda. De hecho, la juventud española es de las más lentas en emanciparse: la media de edad está en los 29 años, tres más tarde que la europea. Un proyecto de vida propio o tener más libertad son algunos de los motivos que han llevado al 54,6% de los jóvenes a emanciparse, según recoge el II Observatorio sobre la Vivienda en España, elaborado por Century 21 en colaboración con SigmaDos –analiza una parte importante de mercado que son los jóvenes y su acceso a la vivienda–.
En nuestro país, el 80% de los jóvenes no vive donde le gustaría. La falta de recursos económicos que impide costearse la vivienda deseada es el principal motivo que provoca esta situación. Incluso trabajando, en un 40% de los casos la situación económica no permite optar a la casa que se quiere. Un 24,6% no reside en su vivienda deseada porque todavía está estudiando. Entre las barreras que tienen los jóvenes para conseguir su hogar ideal también aparecen la falta de trabajo y la inseguridad laboral. De hecho, tan solo un 6% de los participantes en este estudio afirma estar bien donde está viviendo actualmente.
Si pudiera elegir, más de la mitad de la juventud española indica que lo ideal sería poder vivir con su pareja en una casa en propiedad –un aspecto que toma fuerza a medida que se cumplen años–. La segunda opción, con mucho margen de diferencia, es vivir solos pero también en una casa en propiedad, algo que desea el 16% de los participantes en este informe, mientras que el 11% prefiere vivir con su pareja pero en régimen de alquiler. Las cifras confirman la idea de arraigo de la vivienda en propiedad, convirtiéndose en la opción preferida por siete de cada 10 jóvenes, frente a un 23% que elegiría vivir de alquiler.
Entre los jóvenes de 30 a 34 años, los más insertados en el mundo laboral, la opción de vivienda en propiedad se eleva hasta el 85,5%. Esta alternativa tradicional es del 73,3% en los jóvenes de 25 a 29 años,y baja al 58,2% entre los menores de 25 años.
El porcentaje se muestra de manera inversa en cuanto a la opción del alquiler. En la franja de edad comprendida entre 18 y 24 años, el 35,2% prefiere este régimen de vivienda, que desciende con el paso del tiempo hasta llegar a tan solo el 8,6% entre los encuestados de 30 a 34 años. "Quizás por su experiencia de vida familiar, por la búsqueda de seguridad, o por la evolución de los precios, lo cierto es que los jóvenes españoles tienden claramente a apostar por la vivienda en propiedad y reproducir la idea de que alquilar es tirar el dinero", indica el informe.
La idea de compartir casa en alquiler es la deseada por el 4,3%, mientras que a tan solo un 2,9% le gustaría vivir con sus padres (el porcentaje mayoritario está entre los 18 y los 24 años, un 5,2%). Entre las viviendas con menor aceptación están el coliving -forma de vida donde profesionales afines, además de un lugar de trabajo, comparten una casa en la que vivir experiencias tanto personales como profesionales-, la casa de unos familiares o una residencia o colegio, deseados por menos de un 1% de los jóvenes.
Satisfechos en la casa actual
Pese a que ocho de cada diez jóvenes no viven en su hogar ideal, este aspecto contrasta con la satisfacción que tienen respecto a su vivienda actual, independientemente de estar emancipados o no, "lo cual quiere decir que, aunque estén viviendo con sus padres o en un piso compartido, se sienten a gusto con su situación", recoge el documento. En términos generales, la nota media de satisfacción alcanza un 7,4 sobre 10.
Los jóvenes que viven solos son aquellos a los que más agrada su situación, seguidos de los que habitan con su pareja (7,58), que en este caso está a la par de los que aún están con sus padres (7,54). Los que ya viven en pareja y en casa propia son los que muestran un mayor nivel de satisfacción, indicando 9 de cada 10 que es su opción preferida y no la cambiarían.