
España es una potencia en recogida y reciclaje de papel y cartón. En 2014 se recogieron un total de 4,4 millones de toneladas de esos residuos desechados por los ciudadanos y nuestra industria papelera recicló 5.052.900 toneladas de esos residuos reconvirtiéndolos en nuevo papel y nuevo cartón. En la Unión Europea, sólo Alemania supera ese volumen de reciclaje. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agua y Medio Ambiente
Es decir, la capacidad recicladora de la industria papelera nacional permite garantizar el reciclaje de todo el papel y cartón desechado que se recoge en España, cerrando el ciclo en nuestro país. Es el culmen de la economía circular en cercanía, la que menos contamina el ambiente, ya que evita el transporte de largo recorrido, reduce los costes económicos, por igual motivo, y "pone en valor el esfuerzo que la sociedad española ha desarrollado en los últimos años en la recuperación de sus residuos", como destacan en la patronal del sector Aspapel.
Sin embargo, la influencia de las leyes del libre mercado impide que ese intercambio sea así de sencillo y que la materia prima que llega a las plantas españolas de papel reciclado sea en su mayoría de origen nacional. "La paulatina apreciación del dólar frente a la moneda europea -que pasó de 1,21 euros por dólar de diciembre de 2014 a 1,10 en julio de este año- ha generado una mayor exportación hacia China de la materia prima que ha contribuido a un aumento del precio del papel recuperado en Europa durante el primer semestre de 2015", señalan en la empresa papelera Europac.
Exportaciones a Asia
La tendencia no es nueva. En los últimos diez años se han incrementado las exportaciones de papel para reciclar, fundamentalmente con destino a Asia y en particular a China, que se han estabilizado en torno al 15%, con picos puntuales como el de 2009, cuando alcanzó el 21%, o el del año pasado. Y es que, según los datos de Aspapel, en 2014 las exportaciones de papel para reciclar ascendieron a 891.600 toneladas, lo que representa un incremento del 34% con respecto a 2013 y supone el 20% del total de papel recogido en España para reciclar.
Como contrapartida, la industria papelera española tuvo que importar 1,5 millones de toneladas de papel para reciclar de Francia y Portugal.
"En Aspapel no estamos en contra del libre comercio. Nos parece estupendo comerciar con cualquier país", explica David Barrio, director de reciclado y logística de la patronal del papel . "Pero en el tema del reciclaje hay que hacer algunas matizaciones importantes. La primera es que no es lo mismo una materia prima como la procedente de la recogida de residuos, que tienes que vender y recuperar para volver a introducir en tu ciclo productivo, que una materia prima extractiva como puede ser el petróleo". Para Barrio, esa es una limitación importante y una "trampa" en la que caen todas las industrias que reciclan. Mientras la dependencia de una materia prima recuperada es pequeña, no pasa nada. Pero cuando se alcanzan niveles de reciclado como el del papel -en España la utilización de papel recuperado sobre la madera, materia prima original, supera el 80%-, la industria se vuelve muy sensible a la hora de disponer de esa materia prima.
Abusos en el sector
El segundo matiz lo marca la actitud de las autoridades europeas que, según Aspapel, no vigilan ni persiguen con el mismo interés los abusos de países ajenos a la UE, con políticas proteccionistas, de dumping o con subvenciones encubiertas, cuando afectan a productos ya elaborados -en ese casi saltan las alarmas y se persiguen esas prácticas-, que cuando se trata de materias primas. "Parece que estas no están en el mismo circuito", comenta David Barrio.
Aunque todavía resulta más alarmante tener que competir con diferentes reglas de juego. Y es que fuera de la Unión Europea hay países como China cuyo nivel de exigencia en materia de protección ambiental es más laxo o incluso inexistente. "Sólo pedimos que se respete el Reglamento europeo de traslado de residuos, según el cual para poder exportar cualquier materia prima o residuo reciclable tienes que asegurar que en el país de destino "hay condiciones ambientales equivalentes". La realidad es que el mecanismo está ahí, pero no se cumple. No estamos en contra del libre comercio, pero dando preferencia al reciclaje en cercanía", concluye.