
Escoger una profesión que te permita crecer en el mismo sector toda la vida hoy en día es difícil, pero no imposible. La precariedad laboral empuja a muchos profesionales a elegir una carrera o formación que tenga multitud de salidas y un buen sueldo en lugar de dedicarse a lo que realmente les gusta.
Uno de los trabajos más obviados, que muchos pasan por alto a pesar de ser una gran oportunidad, es la tanatopraxia. Los tanatopractores son aquellas personas que se encargan, a grandes rasgos, de preparar, conservar y embalsamar un cuerpo después de la muerte de tal modo que la familia del difunto pueda gozar de una presentación digna de su pariente durante el velatorio.
A menudo estos profesionales suelen trabajar en tanatorios o funerarias, pero tiene multitud de salidas laborales. Por ejemplo, los que cuenten con el curso superior de Anatomía Patológica también pueden desempeñarse en un centro de investigación forense o incluso en un banco de órganos y de tejidos, habiendo también varias ramas especializadas, por ejemplo, la tanatoestética, que solo maquilla al cuerpo.
En este sentido cabe mencionar que un trabajo cada vez más demandado dentro de este campo es el de maestro de ceremonias u organización de eventos funerales, sobre todo porque cada vez hay más familias que optan por una celebración no religiosa.
Un sueldo que muchas veces no está a la altura
Vistas las salidas laborales falta preguntarse por el sueldo. Aunque depende en gran medida del número de horas que trabaje y de la categoría profesional en la que esté dado de alta, en un reciente episodio del podcast 17 Grados Paloma, una tanatopractora, despeja la duda.
Viendo que Paloma explica que un servicio funerario básico suele costar 6.000 euros, podríamos esperar una remuneración a la altura, pero lo cierto es que no es así. Como tanatopractora, "yo contrato servicios, hago recogidas, suicidios, accidentes, incinero, entierro, de todo", aclara Paloma, que añade que "no mucha gente puede ponerse delante de una persona fallecida".
"Mi última nómina, la del mes pasado, 1.100 euros", unas declaraciones que dejan atónitos ya no solo a los conductores del podcast, sino también a su audiencia. Paloma matiza que ella trabaja en el sector privado, pero que también hay servicios públicos que pagan mejor a los que hay que acceder por oposición a pesar de que "hacemos el mismo trabajo".
Continuando con su intervención, Paloma destaca además que cuando una persona ingresa en el curso de tanatopraxia le aseguran "que va a tener trabajo sí o sí, que va a cobrar un pastizal", pero con su experiencia asegura que es muy difícil encontrar un trabajo así en España, mientras que en otros países como Francia o México se valoran muy bien.
La formación de una tanatopractora
Contradiciendo la creencia popular, la verdad es que un tanatopractor no tiene por qué contar ni siquiera con formación médica. "Se puede hacer simplemente con un curso que es super básico para el que sueles necesitar como mucho la ESO, ni siquiera Bachillerato, aunque depende del centro", aclara Paloma.
Eso sí, el precio del curso es bastante elevado, más si te incluye las prácticas: unos 2.500 euros. "Tienes que tenerlo muy claro y saber a donde vas porque yo he conocido gente que ha pagado todo, se ha sacado el curso y en el momento de las prácticas han visto un fallecido y no han podido", continúa.
Y es que buscar prácticas en el sector funerario es muy difícil, tanto que a veces los cursos ni las ofrecen, pudiendo bajar el precio en cientos de euros en algunos casos.
Con todo, antes de empezar a formarse como tanatopractor es importante aclarar que la persona debe asegurarse ser capaz de controlar sus emociones al ver un cuerpo sin vida, ya que puede encontrarse con descomposición avanzada o con fallecidos muy jóvenes.