
De las crisis nacen las oportunidades. Pese a que la pandemia fue un duro golpe a nivel social, profesional y económico, también supuso el auge del teletrabajo, una forma de mantener la actividad en remoto en las empresas que, por sus características, solo se requiere de ordenador e Internet para trabajar. Según el informe 'Teletrabajo: una realidad tras la pandemia' de Eada Business School, tras cuatro años del estallido del Covid, el 81% de las empresas ofrecen a sus trabajadores la opción de trabajar desde casa, ya sea todos los días o solo algunos.
De hecho, el modelo híbrido, trabajando en remoto uno o dos días a la semana, es el más habitual según el estudio en un 52% de las empresas. El estudio ha tenido en cuenta 638 encuestas realizadas a profesionales de distinta jerarquía y mayores de 18 años de pymes y grandes empresas.
Según los datos recabados, cuatro años después de la pandemia lo más habitual en las organizaciones es teletrabajar dos días (29%), mientras que un 23% de los encuestados lo hace un día. El 18% de los empleados teletrabaja siempre y solo un 6% afirma no hacerlo nunca.
Según estas conclusiones, Aline Masuda, profesora de Eada y directora del estudio, observa que, en la mayoría de los casos, "la duda no es si utilizamos [el teletrabajo] o no, sino cuál es la proporción adecuada para mejorar el rendimiento y la vida de los profesionales".
Algunas empresas se resisten
Pese a la gran aceptación que tiene el teletrabajo para la mayoría de los empleados, el 34% de las empresas han decidido reducirlo de forma significativa -seguramente como un paso previo a su eliminación- o lo han eliminado definitivamente (7%). Entre las demás, el 47% lo ha mantenido y el 15% lo ha introducido o expandido.
El esfuerzo de este tercio de las compañías por reducirlo o eliminado choca con la percepción de la mayoría de los trabajadores, que en un 51% de los casos consideran que son más productivos desde casa, mientras el 31% considera que es igual de neutral. De hecho, el 72% de los empleados que teletrabajan afirman haber cumplido todas las tareas y objetivos semanales. Además, el 46% se muestran en desacuerdo al preguntarles si sus relaciones con los compañeros de trabajo se han debilitado, mientras que el 21% considera que se mantienen igual.
Con todo, el 50% confirma que su experiencia de teletrabajo ha sido muy buena, mientras que el 38% dice que es buena y el 10% neutral. Solo un 2% de los empleados la califica como mala o muy mala.
Otra conclusión a la que llega el estudio es que cada vez más empleados consideran el teletrabajo como una condición indispensable. De hecho, el 64% de las mujeres y el 52% de los hombres buscarían otro trabajo si no pudieran teletrabajar ningún día. En este caso, se percibe una clara diferencia entre edades. Mientras el 75% de los trabajadores de hasta 25 años y el 72% de los empleados de entre 26 y 40 años buscaría otro empleo, solo el 38% de los trabajadores de entre 56 y 76 años se plantearía hacerlo.
Estrés y desconexión
El estudio también muestra datos optimistas en cuanto a los indicadores de estrés y desconexión laboral, argumentos a favor del teletrabajo. En primer lugar, se han reducido las horas extra realizadas en comparación con 2020. Si ese año solo el 19% de los trabajadores afirmaba cumplir estrictamente su horario, este año lo hacen el 39% y, aunque ha crecido el número de empleados que hacen entre una o dos horas más de lo que tocaría al día, del 48% al 50%, solo un 11% dedica tres o más horas extra al día, frente al 34% de antes de la pandemia.
El resultado de este cambio de tendencia en la relación de las personas con su trabajo se confirma con los indicadores de estrés y desconexión. Del total, un 83% de los encuestados admite que se mantiene su derecho a desconectar tras la jornada laboral y apenas un 3% se siente "completamente agotado con su trabajo". El 60% del total afirma disfrutar del trabajo y no sufrir estrés laboral casi nunca.