
El martes, el multimillonario estadounidense Ray Dalio renunció a su rol como uno de los tres co-directores ejecutivos de Bridgewater Associates, a sus 73 años. Se trata de uno de los mayores fondos de cobertura del mundo. Dalio permanecerá como mentor de la compañía, pues es un rol que lleva cultivando públicamente durante los años.
El inversor también es autor de varios libros didácticos sobre la inversión y el trabajo, destacando su bestseller de 2017 "Principios: Vida y trabajo". En la obra se recogen cuatro consejos que él mismo llevó a cabo durante su trayectoria profesional, en la compañía que él mismo fundó en 1975.
Practicar una radical apertura mental
Para tener éxito en el trabajo, uno debe ser bueno a la hora de tomar decisiones, y según Dalio ello requiere una apertura mental avanzada. Esta habilidad implica la capacidad de analizar distintos puntos de vista, sin permitir que el ego bloquee el proceso.
El inversor dice que, antes de decidir, siempre se debe tener en cuenta que uno puede estar equivocado. De hecho, él mismo explica que busca a personas que no estén de acuerdo con él, para así hacer el esfuerzo de comprender sus razonamientos. Solo después de haber analizado la información que le proporcionan todos los puntos de vista posibles, Dalio toma la decisión.
"A más abierto de mente seas, menos probable será entonces que te engatuses a ti mismo, y a su vez será más presumible que los demás te den comentarios honestos", explica Dalio en su libro.
La "meritocracia de las ideas"
Los lugares de trabajo más satisfactorios son aquellos en los que las mejores ideas siempre ganan, sin importar de quién o de dónde procedan, tal y como escribe Ray Dalio. Para que la "meritocracia de las ideas" funcione, sin embargo, los desacuerdos internos deben ser respetuosos y constructivos. Se debe evitar ser deshonesto y difamar a los compañeros.
"Las relaciones con más significado se alcanzan cuando tanto tú como los otros podéis hablaros de manera abierta y sobre todo lo que es importante, aprendiendo juntos, y entendiendo la necesidad de manteneros unos a otros responsables de ser todo lo excelentes que podéis ser", añade el inversor.
"Todos aquellos que estén en este ambiente deben permanecer calmados y respetuosos con el proceso. No es aceptable estar molesto si la meritocracia de las ideas no resulta en la decisión que personalmente deseabas", resalta.
Tener cuidado con los charlatanes
"Los charlatanes son las personas que de manera elocuente y afirmativa dice las cosas antes de que puedan ser evaluadas, como forma de sobreponer su agenda sobre las objeciones o análisis de otros", advierte Ray Dalio.
El inversor pide a sus lectores que no se dejen intimidar por esta clase de personas, pues uno tiene "la responsabilidad de encontrar sentido a las cosas" para sí mismo. Esto, comenta Dalio, es mejor que fingir que se comprende lo que un "charlatán" podría estar diciendo.
Y si uno se siente presionado, puede optar por decir algo del estilo de: "Perdón por ser estúpido, pero voy a tener que pedirte que vayas más despacio y así entender lo que estás diciendo". Una vez frenada esa persona, Ray Dalio dice que es el momento para hacer preguntas, todas las que se tengan.
Aprender de los errores
"Todo el mundo se equivoca. La principal diferencia entre la gente exitosa y la mediocre es que los primeros aprenden de sus fallos", sentencia Dalio.
El inversor prosigue: "Mis dolorosos errores cambiaron mi perspectiva de 'Se que tengo razón' a otra de '¿Cómo se que tengo razón?' Estos fallos me obsequiaron con la humildad que yo necesitaba para equilibrar mi audacia".
Así, esta última lección muestra que uno debe obligarse a aprender de cada situación, incluso cuando sea complicado. El inversor lo tiene claro: "Si no puedes tolerar el estar equivocado, entonces no crecerás, y os volverás a ti mismo y a los que te rodean miserables".