
Han pasado dos años y medio desde la irrupción de la pandemia por coronavirus, momento en el que el teletrabajo pasó de ser un método marginal a un formato ampliamente compartido por una buena parte de los trabajadores.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de personas ocupadas que trabajan en su domicilio más de la mitad de su tiempo era del 2,5% de media en el año 2019, poco antes del virus. Esta cifra subió al 15,3% en el segundo trimestre de 2020, y en el primer trimestre de 2021 descendió hasta el 11,2% de los trabajadores. Sin embargo, si se atiende a las personas que teletrabajan ocasionalmente, estas aumentaron en número con respecto a 2020.
Los últimos datos a cierre del segundo trimestre de 2022 muestran la casi equiparación entre quienes teletrabajan más de la mitad de los días (926.400 asalariados que suponen el 5,4 % del total) y quienes lo hacen ocasionalmente (818.500 empleados, el 4,7 %).
En total un 10,1 % de los asalariados sigue teletrabajando en mayor o menor medida, cuando antes de la pandemia solo lo hacía un 4,2 %, lo que hace pensar que no se volverá a la situación en la que trabajar a distancia era anecdótico, pero sí que seguirá siendo minoritario.
El teletrabajo fue estipulado en el BOE como el formato más recomendable el 17 de marzo de 2020, cuando se acababa de declarar el estado de alarma en España. Muchos vieron en el enorme incremento de personas teletrabajando la oportunidad de que este modelo de trabajo hubiera venido para quedarse, pero ya en el año 2021 se comenzó a vislumbrar una vuelta atrás en esa tendencia.
La concepción de las empresas
Muchas empresas no habrían sobrevivido a los primeros meses de pandemia si sus trabajadores no hubieran podido teletrabajar. La crisis sanitaria forzó a muchos empleadores a cambiar de mentalidad: de pasar de ver el teletrabajo como una especie de propuesta de cobrar lo mismo por hacer menos, a verse obligados a implementar un formato 100% a distancia primero, e híbrido después.
Como punto a favor de los más desconfiados, está el hecho de que muchas personas encontraron dificultades a la hora de adaptarse al nuevo formato online, así como la necesidad de adquirir unas competencias digitales que al principio se hizo cuesta arriba. Pero un informe del WFH Research (Working Arrangements and Attitudes) mostraba que la productividad de los trabajadores se había elevado a finales de 2021, llegando a un 3% de mayor eficiencia con respecto a los comienzos del mismo año.
Uno de los autores del estudio, Nicholas Bloom, habla de varios factores como la inversión, la adaptación y el aprendizaje como claves de esta mejoría. Ello se resume en tecnologías más avanzadas, unas prácticas de gestión mejores y una organización en casa que ya había sido optimizada. Finalmente, en el mundo empresarial se comenzaron a implementar herramientas digitales que miden los momentos de mayor productividad. Estos ofrecen una visión del proceder de la compañía, para que esta compruebe si está bien organizada o, si por el contrario, debe introducir cambios que incrementen la productividad de sus plantillas.
La concepción de los trabajadores
En el primer verano de pandemia, un estudio realizado por Adecco ofrecía algunas conclusiones interesantes, por ejemplo, que el 80% de trabajadores en España cree que un factor clave para su futuro profesional era la flexibilidad laboral, o un 77% que ve el formato híbrido como el mejor camino para crecer profesionalmente.
Además, como ya se ha mencionado los empleados han tenido la oportunidad de mejorar sus competencias digitales, con independencia de su edad y de su labor profesional. El mismo trabajo desvela que el 35% cambiaría de puesto de trabajo (dentro de su mismo sector) si se le ofreciesen nuevos conocimientos digitales.
Con la relajación de las restricciones sanitarias y con una pandemia global que comenzaba a remitir, el 81% de los encuestados afirmaba que solo aquellas empresas que sufrían coyunturas complejas eran capaces de garantizar mejores condiciones para sus asalariados, con respecto al mundo laboral de la era post-pandémica.
Cómo se percibe hoy en día
Un reciente trabajo llevado a cabo por Microsoft en el mes de septiembre muestra que los empresarios tienen un nivel de confianza bastante bajo con respecto a la productividad de sus trabajadores, cuando estos no están en la oficina. Por su parte, algunos trabajadores creen que el desarrollo de su trabajo desde casa implica mayores complicaciones y una más elevada productividad.
La gran compañía tecnológica analizó a 20.000 personas de 11 países, tomando para ello señales de productividad de Microsoft 365, o tendencias laborales de LinkedIn. La contradicción era flagrante: ante un 87% de trabajadores que afirmaban ser más productivos, se encontraba un 85% de jefes a los que el trabajo híbrido mermaba su confianza en el asalariado. Solo el 12% de los empleadores aseguraba confiar plenamente en la productividad de sus trabajadores.
En el mismo informe, Microsoft añadía que el formato mixto pone a los empleados bajo más "tensión", así como que las sospechas de sus jefes estaba causando cambios en la manera en que realizan sus labores. Aun habiendo aumentado algunos indicadores como las horas trabajadas y el número de reuniones, el mayor interés de los jefes por controlar la actividad y no los resultados ha llevado incluso a que algunos asalariados, con su confianza mermada por ello, pudiesen alterar el tiempo en el que realmente están activos.
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