Elecciones Autonómicas-Municipales 2015

La 'guerra de los impuestos' del 24-M en seis promesas de amor fiscal

Albert Einstein, que también sabía lo que ignoraba, decía que no había nada más difícil de entender en el mundo que el impuesto sobre la renta. Puede que tuviera razón, pero al genio de la física, que seguramente no estaba viviendo una campaña electoral cuando pronunció aquellas palabras, le faltó algún componente en la ecuación: patrimonio, sucesiones, IBI, IVA, tramos autonómicos y tasas municipales, por acudir a los habituales invitados en la fiesta de la exaltación de la amistad fiscal previa al after de la papeleta en la urna.

Y es que en estas semanas de orgía electoral se suceden citas a la luz de la luna en las que los candidatos juran amor eterno a los contribuyentes para después utilizar el siempre probable 'si te he visto no me acuerdo'. Porque a veces no eres tú, es la herencia recibida.

Cuenta el tópico tributario que los pobres no pagan impuestos porque no pueden, los ricos porque no quieren y que toda la carga fiscal recae sobre esa gran masa de gente normal que se ha convenido en llamar clase media. Ellos son la gran preocupación de unos candidatos don Juanes que se apresuran a cortejar al electorado con un poemario en el que siempre se paga poco o en su defecto se cruje al que más tiene.

Pero a juzgar por los programas electorales de las próximas elecciones municipales y autonómicas, en los que apenas ningún partido concreta y propone matrimonio ni firma hipotecas, podríamos decir que nos encontramos ante la mismísima teoría de la relatividad. Fiscal, se entiende. Como a todo el mundo le preocupa el bolsillo por encima de todas las cosas, aquí va una pequeña guía para no perderse en la 'guerra de los impuestos' del 24-M a través de seis declaraciones de intenciones tributarias.

Esperanza Aguirre (PP): "Voy a bajar todos los impuestos"

La candidata madrileña a la alcaldía no se caracteriza por la prudencia verbal y en el espinoso asunto de los impuestos se siente obligada a cumplir ese papel reservado de encarnación del liberalismo económico y del rechazo a la presión fiscal dentro de la amalgama de su partido. Por ello ya se ha ocupado de ser meridianamente clara. O casi, porque en sus entrevistas de campaña ha tirado pases de pecho entre el "voy a bajar todos los impuestos" y el "no voy a subir ninguno". Quién sabe, tal vez se trate de un guiño a su jefe de filas y a la supuesta manía de los gallegos de no subir ni bajar escalones.

Pero, 'aguirrismos' aparte, en el abstracto programa del PP la consigna de la rebaja tributaria es dogma de fe después de una legislatura echando leña a la hoguera recaudadora. En esta línea, también otras candidaturas autonómicas, como la de Cristina Cifuentes (Madrid) y María Dolores de Cospedal (Castilla-La Mancha), se han subido al carro de la bajada drástica, siempre -con papel de fumar- que esté garantizada "la financiación de los servicios públicos esenciales".

El Partido Popular propone revisar (a la baja, se supone) los tramos autonómicos del IRPF "para que aumente la renta disponible de las familias". Además, los populares prometen reducir el impuesto sobre sucesiones y donaciones entre padres e hijos y entre cónyuges, y también impulsar bonificaciones y reducciones para emprendedores y empresarios individuales. En clave municipal, las candidatas a Madrid y Valencia, Aguirre y Barberá, prometen reducir el Impuesto sobre Bienes Inmuebles.

Pedro Sánchez (PSOE): Ningún gobierno socialista va a subir un céntimo de euro los impuestos a los trabajadores"

Los socialistas navegan entre las arremolinadas aguas del izquierdismo tributario, tendente a la presión fiscal, justo en la desembocadura del río de la tasa fácil, o lo que es lo mismo, que los ricos vayan en yate y los mileuristas no tengan ni flotador. El secretario general, Pedro Sánchez, que tampoco le hace ascos a las declaraciones grandilocuentes, ya ha llegado a bramar que "un gobierno socialista no va a subir ni un céntimo de euro los impuestos a los trabajadores". Los trabajadores, esa gran meseta a la que siempre le hacen falta cercados cuando el terreno se abona de fiscalidad.

El caso es que, fieles a sus presumidos principios tributarios, los socialistas quieren recaudar más para poder reducir el déficit (ese gran enemigo) y mantener el Estado de Bienestar. Sus recetas preferidas, las conocidas: integrar el Impuesto sobre Patrimonio en el IRPF, "para que pague menos la clase media y más la alta" y también equiparar los tipos de las rentas del trabajo y del ahorro.

Además, también quieren reformar el impuesto de sucesiones para incorporar un impuesto mínimo uniforme en todo el país y conseguir evitar la competencia a la baja entre las diferentes regiones.

Por otro lado, el PSOE propone obligar a la Iglesia católica y a las demás confesiones religiosas, así como a sus entidades dependientes, a pagar el IBI de aquellos bienes que tengan una finalidad o uso industrial, residencial o lucrativo.

Por último, también apuestan por reducir al máximo la cuota tributaria del impuesto de plusvalía para quienes sufran la pérdida de su vivienda en subasta y para quienes acuerden la dación en pago, en aquellos supuestos en que la ley lo permita.

En cuanto a los candidatos, cabe destacar la propuesta del candidato a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, que pretende recuperar el impuesto al patrimonio para aquellos ciudadanos cuya riqueza supera el millón de euros. Por su parte, el candidato a la alcaldía, Antonio Miguel Carmona, se propone aplicar una bajada "significativa" del IBI desde 2016.

Pablo Iglesias (Podemos): "Vamos a revisar la mayor parte de las deducciones en la cuota autonómica del IRPF que se practican en la actualidad"

Vienen con la vitola de partido revolucionario y de izquierdas, y en materia de impuestos eso equivale a lograr una mayor recaudación en tanto en cuanto apuestan por un estado fuerte. Más impuestos, vamos. Aunque, ateniéndonos a los hechos, el partido de Pablo Iglesias ha presentado un 'programa padre' para autonomías y municipios (con su abanico de candidaturas de marca blanca) que muchos han tildado de tibio. Sin embargo, contiene trazos de reforma fiscal profunda que, como el propio Iglesias aseguró, "no va a gustar a todo el mundo".

Para empezar, determina, matiz arriba matiz abajo, que un 'rico' es una persona que cobra más de 50.000 euros al año o que tenga bienes valorados en más de 400.000 euros. Y en esos contribuyentes pone la lupa tributaria.

Tanto es así que ha propuesto recuperar el impuesto sobre el patrimonio (capital) donde éste haya sido derogado y bajar el mínimo exento para patrimonios netos a 400.000 euros, lejos de los 700.000 aplicables de manera general. Además, pretende suprimir las bonificaciones en el impuesto de sucesiones y donaciones; aumentar la progresividad del tramo autonómico del IRPF con la reducción de los tipos mínimos que afectan a los ingresos por debajo de 25.000 euros, limando los tipos entre 25,000 y 50,000 euros, y el aumento de las tarifas de ingreso más altos de 50.000 euros. El partido de los círculos también quiere revisar el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados.

Así mismo, Podemos incluye en su programa tributario la preocupación por el medio ambiente, puesto que pretende establecer nuevo impuesto sobre la contaminación del aire, las actividades de alto riesgo ambiental, el daño ambiental causado por las áreas de ventas y también una tasa sobre las bolsas de plástico de un solo uso. En este sentido, propone crear un eco-impuesto para gravar a los establecimientos turísticos y así corregir sus impactos sociales y culturales del medio ambiente.

Albert Rivera (Ciudadanos): "El objetivo de nuestra reforma fiscal es reconstruir la clase media trabajadora"

También son nuevos, pero venden una moto fiscal distinta a la de Podemos. En su discurso, la preocupación por la clase media adquiere tintes novelescos. Ya no es solo que representen, sino que ellos son esa clase media vilipendiada por el bipartidismo.

La formación naranja, con Albert Rivera a la cabeza, quiere bajar impuestos. Esa es la idea. Para ello, volvería a los tramos de IRPF anteriores a la crisis. Tras su polémica propuesta para simplificar el IVA en dos porcentajes, Ciudadanos promete armonizar el impuesto de sucesiones en toda España, con una 'libertad' autonómica de entre el 4 y el 10%, muy en consonancia con su marcado discurso centralista.

También congelaría la cuota efectiva del IBI y bonificaría con hasta el 95% a los pisos de particulares que los cedan para alquiler social, además de ofrecer bonificaciones fiscales a emprendedores en los dos primeros años de actividad. Sobre qué hacer con las rentas altas aún no se ha pronunciado, aunque la consigna parece clara: bajar impuestos a la clase media.

Cayo Lara (IU): "No se trata de subir más impuestos, se trata de que quien los evade los pague"

Puede que Izquierda Unida, en los lugares en los que se presenta con su marca original, sea el partido que más abogue por la independencia tributaria a nivel local, con la creación de nuevos impuestos municipales. También, como es lógico siguiendo su ideario político, se tiende a beneficiar a las clases más desfavorecidas de la sociedad subiendo los impuestos a las personas con rentas más altas.

Los principales puntos de su programa fiscal son: eliminar privilegios fiscales en el IBI o en otros impuestos, tasas y precios públicos para la Iglesia católica; recoger principios de equidad, suficiencia y progresividad, especialmente en el IBI y el impuesto sobre actividades económicas; establecer el impuesto sobre grandes fortunas y patrimonio; establecer, a través de ordenanzas municipales, una fiscalidad especial hacia actividades sustitutorias del empleo, como una tasa sobre cajeros automáticos o una tasa sobre gasolineras de autoservicio; e introducir elementos de fiscalidad energética favorable para las familias con bajos ingresos económicos.

Rosa Díez: "No es de recibo que los vascos paguen menos impuestos que los valencianos"

A pesar de los problemas internos, Rosa Díez sigue manteniendo el liderazgo dentro de Upyd ante la incertidumbre electoral después de la fagotización de Ciudadanos y la espantada de algunos de sus miembros más mediáticos.

Sin embargo, la lideresa rosa sigue manteniendo su discurso tributario centralista. Díez ya ha anunciado que tenderá a rebajar con equidad las tasas e impuestos municipales como el IBI y el IIVTNU (Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana), con proporcionalidad en el cobro, equidad tributaria y reducción de presión recaudadora; establecerá un límite conjunto de la cuota del IRPF y patrimonio calculado sobre la base del patrimonio; armonizará impuestos como el de sucesiones y el de patrimonio entre las comunidades autónomas; ofrecerá incentivos fiscales y financieros a sectores económicos; y establecerá reducciones fiscales para que aflore el empleo sumergido.

En definitiva, unas promesas fiscales que pretenden alejarse de la etiqueta de canto de sirena electoral y no hacer buena aquella frase que acuñó Winston Churchill cuando dijo que "los buenos impuestos no existen".

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky