
PP y Podemos colocan la política de alianzas en el tema central de la recta final de la campaña en Castilla y León, pero los candidatos de PSOE y Ciudadanos, Luis Tudanca y Francisco Igea, no disipan la incertidumbre que arrojan las encuestas sobre quien será el próximo presidente de la Junta tras las elecciones del domingo.
El segundo debate entre los cabezas de lista de PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos celebrado este martes ha dejado abierto el escenario sobre el futuro político de esta Comunidad, en el que los sondeos coinciden en situar a la formación naranja como llave tanto para que los populares mantengan uno de sus principales feudos o para que los socialistas consigan acceder al gobierno tras 30 años fuera del poder.
Toda la expectación estaba centrada en la respuesta que Francisco Igea había prometido dar al emplazamiento que el popular Alfonso Fernández Mañueco le había hecho una semana antes en el primer debate para que aclarase si pactará con los socialistas. La incógnita, lejos de despejarse, se ha acrecentado después de que el socialista Luis Tudanca tampoco haya espantado los temores de Pablo Fernández, de Podemos, a una alianza del PSOE con la formación naranja.
Sanidad, educación, servicios sociales y dependencia e infraestructuras eran los temas elegidos para este segundo debate, pero las propuestas de cada partido, ya explicitadas durante la campaña, quedaron en segundo plano frente a la gran cuestión: los posibles pactos.
La estrategia del candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco, era lograr un compromiso por adelantado de Ciudadanos o, en su defecto, movilizar y capitalizar el voto de centro derecha agitando el fantasma de un posible gobierno socialista "de radicalidad, incompetencia y cierre de pueblos" propiciado por la formación naranja. Y hacia ahí fueron todos sus emplazamientos a Igea - "Diga no voy a pactar con el PSOE. ¡Aquí y ahora!", "no se esconda", "no distraiga a la gente".
Igea intentó zafarse presentándose como una tercera opción y descartó ser "el salvavidas del PP", a la vez que puso sobre la mesa sus condiciones para un posible acuerdo: eliminar los aforamientos y acabar con los "chiringuitos" políticos, para los populares; rechazar el acuerdo con los sindicatos -que denomina "trío del hachazo"- para subir impuestos y no ceder ante un acuerdo de financiación autonómica acordado con los nacionalistas, para los socialistas.
Mientras, Pablo Fernández, de Podemos, también preguntó al líder del PSOE si pactará con Ciudadanos, partido al que recordó que ha llamado "derecha y bastón del Partido Popular", a lo que el líder socialista respondió que "vuelve a equivocarse de enemigo ya que el drama es si va a seguir gobernando el PP", por lo que pidió que no sea, como en su día Pablo Iglesias con Pedro Sánchez, un "obstáculo" para el cambio.