
La disolución de las Cortes obliga a que la convalidación de los numerosos decretos-ley del Gobierno, fruto de los últimos viernes sociales, corresponda a la Diputación Permanente.
La limitada aritmética de este organismo hará que medidas como la ampliación del permiso de paternidad, o el subsidio específico para parados mayores de 52 años, se aprueben por un único voto de diferencia, en este caso, el propio de Bildu.
Será así posible que la formación abertzale, en atención exclusivamente a sus propios intereses, tenga el poder de dar luz verde a unas políticas en cuyo diseño pesó más el electoralismo que el cálculo del impacto en el erario público. Se allana así el camino hacia una peligrosa alza del gasto que compromete el cumplimiento del objetivo de déficit.