Editoriales

La banca revive pese a los bajos tipos

La gran banca española está en condiciones de exhibir músculo, tanto este año como en 2019, como no lo hacía desde antes de la crisis, según los analistas. Las entidades que cotizan en el Ibex 35, salvo BBVA, cuentan con expectativas de recuperar los niveles históricos de beneficios que arrojaron en 2006 y 2007.

Para lograr ese hito, resultan fundamentales acontecimientos recientes, como la reactivación de las operaciones corporativas, como las protagonizadas por Bankia y BMN o por el Santander y Popular. Ahora bien, la recuperación del sector financiero español tiene raíces más profundas, como demuestra el buen comportamiento de la rentabilidad.

Esta variable, medida mediante la ratio de los beneficios respecto al capital propio (el llamado ROE) fue el mejor baremo de los estragos que causó la crisis. Así, el ROE promedio de la gran banca española cayó en 2012 hasta el 2%. En 2017, por el contrario, todo apunta a que llegó al 7,4%, lejos aún de las cotas históricas, pero igualando ya los registros previos a las turbulencias financieras.

Cifras así pueden extrañar, considerando los retos que aún afronta el sector, como el escaso crecimiento del negocio crediticio o una normativa más exigente. Un efecto igualmente grande tiene la lentitud del BCE en normalizar su política monetaria. El eurobanco ha reducido este mes sus compras de deuda a 30.000 millones mensuales, pero las alzas de tipos pueden esperar aún a 2019.

Sin embargo, la banca española tiene medios para resistir esa demora. Los esfuerzos por bajar los activos improductivos, ganar solvencia y reducir estructuras no han terminado, pero ya dan frutos. Las entidades cuentan con unos fundamentales que les permiten recuperarse sin tener que fiarlo todo a las alzas de tipos.

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