Editoriales

Los estímulos del BCE, en la recta final

El PIB de la eurozona exhibió músculo hasta junio. Su avance del 2,1% supone encadenar 17 trimestres de crecimiento. Además, se trata de su mayor tasa en seis años. El dato tuvo efectos inmediatos, en forma de impulso a las bolsas europeas, que cerraron con subidas como el 0,8% del Ibex 35. Pero su alcance será más extenso, especialmente respecto a la política monetaria.

La fortaleza del PIB es un argumento más en favor de que el BCE cambie su hoja de ruta. No será un proceso rápido, pues el IPC se muestra aún débil. Sin embargo, todo apunta a que Mario Draghi cuenta con base para presentar en otoño un calendario de desactivación de la expansión cuantitativa. La eurozona debe ya asumir que la época del dinero barato está en su recta final.

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