
Las bolsas europeas cerraron ayer una jornada alcista en la que destacó el Dax alemán, con un avance del 1,2%, capaz de romper su resistencia de los 11.900 puntos. En otros mercados, como el español, los avances fueron más moderados, pero no deben minusvalorarse. Así, la subida del 0,36% del Ibex 35 lo colocó muy cerca de los 9.625 puntos que marcaron su máximo del mes pasado. Superar ese nivel lo situará en vías de alcanzar las 10.000 unidades, una vez retomada su tendencia alcista.
Ésta se inició en noviembre en Estados Unidos, pasó en diciembre a Europa y, en realidad, nunca desapareció. Lo que sí ocurrió es que fue desordenada. En concreto, afloró una fuerte demanda que propició un incremento brusco de los precios de la renta variable en poco tiempo. Se trata del fenómeno conocido como sobrecompra, el cual necesitó de la consolidación de las últimas semanas para purgarse.
Por tanto, todo apunta a que el camino vuelve a allanarse para que el selectivo español, y los demás índices europeos, avancen de una manera más coherente. De hecho, persisten los motores que los empujan a hacerlo. En especial, EEUU sigue confiando en los efectos positivos de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, en forma de futuras rebajas de impuestos e impulso a la inversión pública.
Existen, así, bases sólidas para que el mercado europeo continúe al alza. Ese reconocimiento, con todo, no debe impedir vislumbrar riesgos como el largo ciclo electoral que se inicia el mes próximo en Holanda y que puede dar sorpresas en Francia. No en vano, las encuestas reflejan a una Marine Le Pen cada vez más reforzada ante un posible duelo en segunda vuelta con François Fillon, a quien lastran las sospechas de corrupción.