Editoriales

El pobre saldo de las políticas monetarias

Cuando se ensalza la labor de los bancos centrales en la crisis se sublima la capacidad que han tenido de evitar una recesión mundial de connotaciones bíblicas. En letra pequeña queda que estamos ante la recuperación más pobre tras el mayor estímulo monetario de la historia. Si el éxito es la resta entre expectativa y resultados, los QE son un enorme fracaso.

Si se piensa en toda la artillería que han utilizado la Fed y el BCE para arreglar el problema, la lectura es que solo han convertido en crecimiento la mitad de todo el dinero que han puesto sobre la mesa. Se planta para recoger, y en este caso la cosecha no es prometedora a medio plazo. Al menos no lo será hasta que se consiga generar inflación, que es la antesala del crecimiento.

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