Enero siempre es un mes duro para el mercado de trabajo y el pasado no fue excepcional. Es cierto que la destrucción de empleo se reveló especialmente intensa, ya que los 204.043 puestos de trabajo menos recuerdan a 2013, cuando el PIB estaba recesión. Ahora bien, el análisis de los datos indica que la culpa del retroceso pertenece al habitual efecto que provoca el cierre de la campaña navideña. El empleo de calidad queda aún muy lejos y 10 datos oficiales lo demuestran.
De hecho, las cifras desestacionalizadas muestran un alza de más de 24.000 personas en las afiliaciones. Por tanto, debe considerarse lo ocurrido un traspié coyuntural que la buena marcha del PIB y los efectos de la reforma laboral pueden corregir. Por ello, urge que esta última quede al margen de la lucha política y no se vea revertida.
