Ursula von der Leyen lanzará este miércoles su gran ofensiva para convertirse en la presidenta de la Comisión Europea a partir de noviembre. La ministra de Defensa alemana, elegida por los líderes europeos a principios de mes para suceder a Jean-Claude Juncker, se reúne con los principales grupos del Parlamento Europeo. El jueves los jefes de las familias políticas en la cámara decidirán si mantienen el voto de investidura para la próxima semana o lo retrasan, probablemente septiembre.
Pese a que aún no cuenta con el favor de todos los grupos, la situación no pinta tan mal para la alemana. Según fuentes europeas a elEconomista, el nuevo presidente de la Eurocámara, David Sassoli, es "razonablemente optimista".Von der Leyen, miembro de la CDU de Angela Merkel, necesita una mayoría absoluta situada en 375 eurodiputados. De momento cuenta con los 182 del Partido Popular Europeo y con los 62 de los conservadores, encabezados por el partido Ley y Justicia polaco.
Reuniones 'in extremis'
Este miércoles se reunirá con los socialistas y los liberales. Aunque los jefes de los Ejecutivos de estas familias, además del PPE, respaldaron su nominación, sus eurodiputados han protestado sobre todo por el procedimiento de elección. La alemana también se reunirá el miércoles por segunda vez con los Verdes, que pueden ser la clave para conseguir una cómoda mayoría proeuropea.
Además se reunirá con los jefes de todos los grupos y Sassoli. Un alto cargo europeo señaló que esta reunión será importante para evaluar si cuenta con los apoyos suficientes, y si el voto se mantiene para la semana que viene. Sassoli ha propuesto retrasarlo del próximo martes al miércoles, para dar tiempo a la deliberación en cada partido el martes por la tarde, tras el debate que mantendrán con la candidata.
Esfuerzos estructurales
Por otra parte, los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) recordaron este martes a España que debe aprobar ajustes estructurales por 7.800 millones de euros en 2020, ante el "riesgo de desviación significativa con respecto al ajuste requerido en 2020" si no se producen "cambios en las políticas fiscales". Las recomendaciones del Ecofin -que ratifican sin las propuestas que hizo la Comisión el pasado junio- consideran que "un ajuste estructural anual del 0,65% del PIB [...] parece adecuado". El Ejecutivo comunitario también pedía el mismo esfuerzo estructural para este año.