Economía

Weidmann suaviza su critica sobre el programa de compras de bonos del BCE

El presidente del BCE, Mario Draghi, junto al presidente del Bundesbank, Jens Weidmann. Reuters

Jens Weidmann, presidente del Bundesbank y considerado el líder de los halcones del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), ha querido dejar claro que las compras de deuda soberana por parte del instituto emisor son "legales" y forman parte actualmente de las herramientas de política monetaria a disposición de la entidad. Weidmann que ha sido durante estos años uno de los mayores críticos de la flexibilidad de la política monetaria aplicada por el BCE, suaviza su postura en un momento en el que se está decidiendo la sucesión en la presidencia del banco central y su nombre suena como favorito en las quinielas.

El banquero alemán, quien en su momento expresó sus reservas respecto de los riesgos que podían conllevar las compras de bonos soberanos por parte del BCE bajo el programa OMT, presentado por Mario Draghi en 2012 tras su compromiso de hacer todo lo necesario para preservar el euro, afirma en declaraciones al diario Die Zeit que este programa fue considerado "legal" por el Tribunal Europeo de Justicia, señalando que la OMT es la política actual.

Dicho programa OMT, anunciado en septiembre de 2012 en respuesta a las turbulencias que amenazaban el futuro del euro, permitía por primera vez al BCE adquirir deuda soberana de los países de la eurozona a condición de que los gobiernos activasen "bajo una estricta condicionalidad" los mecanismos de estabilidad fijados, y, aunque nunca ha sido aplicado, su anuncio bastó para calmar los temores de una disolución de la zona euro.

Las reservas de Weidmann respecto de las consecuencias a largo plazo de dicho programa granjearon al banquero alemán su fama de defensor acérrimo de la ortodoxia, haciendo su candidatura a la presidencia del BCE en sustitución de Mario Draghi poco popular entre los países de la periferia del euro.

"Mi posición no tenía una base legal. Estaba motivada por la preocupación de que la política monetaria pudiera quedar atrapada tras la política fiscal", señala Weidmann en referencia a sus pasadas críticas al programa.

"Por supuesto, un banco central debe actuar de manera decisiva en el peor de los casos, pero dada su independencia, no debe haber ninguna duda de que está actuando dentro del marco de su mandato", añade.

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