
Trump insiste una y otra vez en lo dañinos que resultan los aranceles para la economía china. Pero todas las cifras indican que, al margen de sus efectos sobre el gigante asiático, el presidente estadounidense se está metiendo un tiro en el pie con la ampliación y extensión de las tasas a las importaciones chinas. De hecho, el incremento de aranceles costará 831 dólares en 2019 a cada hogar estadounidense.
Así lo recoge un estudio realizado por la Fed de Nueva York, que incide en que a los hogares de EEUU ya les costó 414 dólares el pasado año los aranceles que fue imponiendo Trump a lo largo del 2018.
De esta forma, el coste total repercutido al consumidor por la subida de tasas a las importaciones ascendió a 52.800 millones de dólares el pasado año, y con la subida que anunció Trump hace unas semanas hasta el 25% a los productos ya tasados, a lo que hay que sumar los nuevos bienes sometidos a gravamen, la cifra anualizada que repercutirá en los consumidores será de más del doble, ascendiendo a 106.074 millones de dólares.
El estudio, elaborado por Mary Amiti, Stephen J. Redding, y David E. Weinstein, divide la cantidad total entre 127,6 millones de hogares. En las cifras tienen en cuenta la carga fiscal adicional que asumen los consumidores, así como las pérdidas de eficiencia fruto de los aranceles.
Así, los investigadores consideran que "los exportadores chinos no han reducido sus precios" por los aranceles, por lo que se ha repercutido el incremento del coste directamente a los consumidores, si bien esa diferencia acaba directamente en las arcas del Estado. De forma ideal, el Estado encontraría la forma de devolver esa subida directa - de 211 dólares por hogar - a los consumidores.
No ocurre así con las pérdidas de eficiencia, que se produce cuando los importadores prefieren pagar a un productor de otro país (como por ejemplo Vietnam) un precio que era más alto antes de los aranceles pero que pasa a ser inferior tras los aranceles. Así, el importador comprará un bien más caro y de igual o peor calidad (menos eficiente), pero de ese aumento del coste sólo repercutirá en el Estado lo concerniente a los impuestos de compraventa. Así, cada hogar abonará 620 dólares anuales que irán casi en su mayoría a las arcas de productores extranjeros.