
Tanto la administración de Estados Unidos como el Gobierno chino no dan puntada sin hilo y en la última semana ambos países recargan sus recámaras arancelarias en caso de tener que usar dicha munición. Tras el disparo del pasado viernes, cuando la mayor economía del mundo elevó del 10% al 25% los gravámenes sobre un grupo de importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares, llegó la respuesta del gigante asiático, que hará lo propio sobre un catálogo de bienes estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares a partir del 1 de junio.
No obstante, la Oficina del Representante Comercial de EEUU (USTR, por sus siglas en inglés) publicó a última hora del lunes la lista de productos chinos por valor de aproximadamente 300.000 millones de dólares que hasta ahora no se han visto afectados por el pulso arancelario que comenzó el año pasado. El objetivo del presidente de EEUU, Donald Trump, es imponer aranceles del 25% sobre estos, cumpliendo así con su amenaza de tasar todas las importaciones estadounidenses procedentes del país asiático.
Para ello, se ha fijado una vista pública prevista para el próximo 17 de junio en la Comisión de Comercio Internacional, donde empresas y organizaciones podrán mostrar su opinión sobre los gravámenes previstos. Siete días después, alrededor del 24 de junio, Trump contaría con la potestad para pedir a su representante comercial, Robert Lighthizer, que active dichos aranceles. La lista propuesta excluye productos farmacéuticos, algunos dispositivos médicos, materiales de tierras raras y minerales considerados críticos. Además, cualquier producto que haya recibido exenciones en rondas de aranceles anteriores no se verá afectado por los nuevos gravámenes.
Durante la jornada del martes, Trump dijo en Twitter que hará un trato con China "cuando sea el momento adecuado". "Mi respeto y amistad con el presidente Xi es ilimitado pero, como le he dicho muchas veces, esto debe ser un gran acuerdo para EEUU o de lo contrario simplemente no tiene ningún sentido", indicó. Está previsto que ambos mandatarios se reúnan en las inmediaciones de la cumbre del G20 prevista para el 28 y 29 de junio en Japón.
El inquilino de la Casa Blanca continuó despistando sobre las expectativas al asegurar posteriormente que pese a la "pequeña disputa" con China, un acuerdo puede "absolutamente ocurrir". Dicho esto, en una cadena de tuits, Trump aprovechó para fortalecer su presión sobre la Reserva Federal al hilo de la disputa comercial con Pekín.
"China inyectará dinero en su sistema y probablemente reducirá los tipos de interés, como siempre, para compensar el negocio que están y estarán perdiendo", explicó. "Si la Fed hiciera lo mismo, terminaríamos la partida, ¡nosotros ganamos!, en cualquier caso, ¡China quiere un trato!", añadió.