Economía

El Gobierno aparca la reforma de la financiación autonómica 'sine die'

  • No se han definido criterios con los que medir la infrafinanciación
  • Las CCAA se enfrentan en este 2019 a un 'agujero' de 9.439 millones
María Jesús Montero, ministra de Hacienda. Foto: Efe

La legislatura comenzó con el popular Mariano Rajoy como presidente del Gobierno y va a terminar con el socialista Pedro Sánchez en Moncloa, moción de censura mediante. Sin embargo, a diferencia de la jefatura del Ejecutivo, el sistema de financiación autonómica, por cuya reforma y actualización claman sin excepción todas las regiones, no se ha tocado. De hecho, según ha podido saber elEconomista, los trabajos para remodelarla han quedado aplazados sine die.

Fuentes del Ministerio de Hacienda reconocen que, a día de hoy, los trabajos en cuanto a la reforma de la financiación autonómica están totalmente parados. "No hay reuniones ni actividad al respecto". De hecho, hace semanas que el grupo creado en septiembre para abordar esta cuestión quedó suspendido.

"Esta situación se debe tratar en un contexto de estabilidad política"

"Queremos que el debate se produzca sin condicionantes políticos", argumentan desde el departamento que dirige María Jesús Montero. No se refieren solo a las elecciones generales que se celebran el próximo 28 de abril. Para volver a los trabajos, esperarán a que se formen los correspondientes gobiernos que tendrán que formar tras los comicios autonómicos del 26 de mayo. "Esta situación se debe tratar en un contexto de estabilidad política". Es decir, que el tema no se abordará hasta finales de año o incluso habrá que olvidarse de él hasta 2020.

Nulos avances

Por otro lado, Hacienda reconoce que los avances desde que se formara el grupo de trabajo - integrado por representantes de las regiones y del propio Ministerio - en septiembre son prácticamente nulos. De hecho, todavía no hay cifras de cuál es la mejora financiera que necesitarían las regiones para poder abordar con suficiencia los servicios que tienen que atender y en los que tienen competencia. Ni siquiera se han definido los criterios para medir la infrafinanciación, la primera tarea por hacer, "pero para la que no dio tiempo".

El abandono oficial de la reforma es la crónica de un fracaso anunciado. Aunque hubo cierto compromiso por parte de la Administración de Mariano Rajoy para abordar esta situación, escenografiada en la Conferencia de Presidentes que se celebró en enero de 2017, el asunto siempre fue esquivado por los populares, más pendientes de que las regiones cumplieran con la regla de gasto que de mejorar la situación de sus arcas.

La llegada de Sánchez a Moncloa en la última semana de mayo del año pasado provocó que las regiones quisieran retomar esta cuestión con urgencia, algo a lo que accedió el Gobierno con un advertencia: era inviable que la reforma de la financiación autonómica se pudiera gestar durante la presente legislatura, faltaba tiempo. Las protestas regionales llevaron a que Moncloa diera su brazo a torcer y se mostrara abierta a ello, aunque finalmente no fuera necesario.

Problemas económicos

Mientras, las regiones no pasan precisamente por una buena situación financiera. Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia y Comunidad Valenciana siguen dependiendo del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para financiar parte de sus gastos corrientes. Y aunque el resto pueden salir a los mercados previo permiso del Gobierno central - muchas ya lo están - para lograr liquidez, no es una estrategia aconsejable en autonomías tan endeudadas como Cataluña.

A esto se suma que, como ya ha contado elEconomista, Moncloa no halla una fórmula legal, después de que el proyecto de Presupuestos se quedara en la cuneta en febrero, para transferir a las autonomías los 6.939 millones de euros prometidos por el Estado en materia de incremento de las entregas a cuenta de este 2019. A esto hay que sumar otros 2.500 millones que tampoco ingresarán por el cambio que ejecutó Cristóbal Montoro en la el sistema contable del IVA en 2017 y que no se solucionó. Es decir, que la financiación de las regiones ya tiene un agujero de 9.439 millones.

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