Economía

May capitula ante los 'brexiteros', rompe sus promesas y reta al Parlamento a echarla

  • Se espera que May haga un discurso esta noche
  • No se descarta una dimisión o una nueva moción de censura
Theresa May. Foto: Reuters.

Finalmente, tras una semana de votaciones, promesas y derrotas parlamentarias, Theresa May reveló sus cartas para la semana crucial del Brexit: exactamente las mismas que lleva mostrando desde el primer día. O mi acuerdo o el caos, anunció la primera ministra, una semana después de que el Parlamento rechazara tanto su acuerdo como el caos de una salida sin acuerdo. Los culpables de todo, añadió, son los diputados, a los que abroncó públicamente por televisión en lo que el presentador del informativo de las 22 horas de la cadena ITV calificó de "el discurso más extraño que he visto en 30 años de carrera".

Atrapada en un bucle, May reveló que está dispuesta a cualquier cosa antes que tener que moverse un milímetro de su postura y retó a los diputados a echarla si no les gusta: "Como primera ministra, no contemplo una prórroga más allá del 30 de junio", afirmó, pese a haber dicho exactamente lo contrario hace una semana.

El momento cumbre de un día indescriptible fue cuando May hizo un discurso televisado en la que culpó de todos los problemas a los diputados, les abroncó por "limitarse a rechazar planes" en vez de aprobarlos y se erigió como la representante del pueblo. "Estamos hartos de jugos políticos y reglas arcanas. Queremos que esto se acabe. Yo estoy con vosotros. Que los diputados se aclaren", dijo la líder política, que aseguró estar "harta" de hablar del Brexit. Uno de sus diputados y cargo del Ministerio de Exteriores, Conor Burns, lo resumió sucintamente: "¿A qué venía todo eso?".

'Chantajes' y "alucinaciones"

Horas antes, el Partido Laborista había forzado un debate de emergencia de tres horas para debatir la propuesta de extender hasta el 30 de junio el plazo de salida -pese a que la UE ha advertido repetidamente de que el límite es el 23 de mayo si no participan en las elecciones europeas-. De entrada, el portavoz laborista sobre el Brexit, Keir Starmer, recordó una frase textual del viceprimer ministro, David Lidington, el pasado jueves: "A falta de un acuerdo [este miércoles], una extensión corta sería completamente temeraria, iría en contra de lo votado por el Parlamento y aumentaría los riesgos de una salida caótica".

También habló el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, respondiendo a la carta enviada por May. Tusk advirtió de que solo aceptarán una prórroga si May logra que el Parlamento apruebe su acuerdo, reforzando el 'chantaje' de su disyuntiva entre ella o el caos. Aunque abrió la puerta a una cumbre de emergencia el día 29 si eso no habría ocurrido, con lo que una prórroga larga aún podría seguir en la mesa... si May dejara antes su cargo.

La primera ministra también se reunió con los líderes de los partidos de la oposición. El jefe de filas de los nacionalistas escoceses, Ian Blackford, resumió así el encuentro: "May es incapaz de distinguir entre la realidad y sus alucinaciones".

O "desgraciada" o "traidora"

Las alarmas llevan encendidas desde que, esta mañana, May anunciara en su carta a Tusk que está dispuesta a hacer exactamente todo lo contrario de lo que votó la Cámara de los Comunes la semana pasada. Pese a que había prometido -y el Parlamento aprobado- que pediría una prórroga larga si este miércoles no se había aprobado su acuerdo de salida, May dio marcha atrás ante la presión de los diputados 'brexiteros' y anunció una prórroga corta exclusivamente.

Pero esa no fue su única promesa rota. En la sesión de control, en una serie de intervenciones sin precedentes, May se dedicó a romper todas las otras promesas que había hecho. Al diputado europeísta 'tory' Ken Clarke le dijo que ya no estaba dispuesta a permitir votar propuestas diferentes a su acuerdo para saber si alguna podría obtener la mayoría. "El Parlamento ya tuvo la oportunidad de pedirlo y la rechazó", dijo. Una respuesta que desató gritos de "desgraciada" en las filas opositoras, ya que varios diputados 'tories' rechazaron el plan precisamente porque el Gobierno había prometido hacerlo voluntariamente de todas formas.

Aunque quizá los momentos más impactantes habían ocurrido al principio, en respuesta al líder laborista, Jeremy Corbyn. May acusó al Parlamento de "pasar horas infinitas contemplándose el ombligo sobre Europa" y pidió que aprobaran su acuerdo de una vez. "Los ciudadanos británicos se merecen algo mejor que esta Cámara", dijo.

Las horas siguientes estuvieron llenas de amenazas de dimisiones y presiones para que May se vaya de parte de sus ministros y varios de sus diputados. Pero en su cabeza, las palabras del diputado brexitero Peter Bone: "La Historia juzgará sus acciones estos días. Una extensión larga sería una traición contra el Reino Unido". Parece ser que estas palabras son las que de verdad aterrorizan a May.

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