Economía

Weidmann (Bundesbank): "La debilidad económica podría ser un poco más prolongada de lo que se pensaba"

Que la economía de la Eurozona va a frenar es algo evidente. Lo certificó la semana pasada la Comisión Europea con unas previsiones que tumbaron las bolsas y que fueron especialmente críticas para Italia y preocupantes sobre Alemania, la primera economía del euro. El miedo regresó al mercado, retrasando todavía más en el tiempo la llegada de la normalización monetaria en el área de la moneda única.

Hoy, las declaraciones hechas desde Pretoria (Sudáfrica) por el presidente del banco central alemán, el Bundesbank, no han movido el mercado, pero tampoco ayudan a calmar los ánimos de unos inversores que han acudido en masa en los últimos días a buscar refugio ante lo que está por venir -por ejemplo buscando cobijo en el bono alemán. Las previsiones con las que trabaja Jens Weidmann apuntan a que "la debilidad económica podría ser un poco más prolongada de lo que se pensaba". 

"Los bancos centrales no son superhéroes", ha dicho el jefe del Bundesbank en declaraciones que recoge Europa Press, y sus capacidades para abordar los problemas de la economía son limitadas. "Ni podemos compensar los efectos adversos de los cambios demográficos ni podemos acelerar la invención o adaptación de nuevas tecnologías. No podemos elevar el crecimiento a largo plazo y no podemos acabar con la desigualdad", ha recordado.

En referencia a las compras de bonos soberanos, a las que el BCE puso fin en diciembre, ha asegurado que son una herramienta "legítima" de la política monetaria siempre que cuente con un diseño adecuado que aísle el problema de mutualización de riesgos en la Eurozona.

La Eurozona, ha dicho, "aún no está hecha a prueba de crisis", por lo que el Banco Central Europeo todavía está en riesgo de tener que funcionar como una unidad de respuesta a esa crisis, "un riesgo para su independencia", sin entrar a discutir más al detalle la política monetaria actual. 

Siguiendo con su discurso habitual, sí ha recordado que precisamente esa lucha contra la crisis obliga a los banqueros centrales a tomar decisiones que son, a veces, difíciles de cuadrar con los principios democráticos y pueden ir más allá del mandato que tiene la banca central. 

El banquero germano ha defendido que para cumplir su mandato de estabilidad de precios de forma duradera, las entidades son dependientes de unas cuentas públicas sostenibles y de un sistema financiero estable, ya que, de otra manera, la política monetaria puede acabar viéndose sujeta al riesgo de predominio fiscal, cuando las decisiones del banco central garantizan la solvencia del Gobierno, y al predominio financiero, cuando la política monetaria se preocupa cada vez más de los acontecimientos adversos a corto plazo en el sistema financiero.

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