
El balance de la Reserva Federal está de moda en los círculos económicos. La Fed todavía acumula en este registro más de cuatro billones de dólares en activos, de los cuales 2,22 billones son bonos del Tesoro y unos 1,6 billones son activos respaldados por hipotecas (MBS por sus siglas en inglés) consecuencia de años de compras del banco central para flexibilizar las condiciones financieras. Ahora el banco central se encuentra en el proceso inverso, una reducción del balance que está haciendo más ruido de lo que esperaban los miembros de la Reserva Federal.
La cantidad de activos en balance se está reduciendo a un ritmo de 50.000 millones de dólares por mes, dentro del programa de normalización monetaria que también incluye las subidas de tipos de interés. Sin embargo, en los últimos meses se ha prestado mucha más atención al balance que a los tipos, culpando al primero de gran parte del terremoto que han sufrido las bolsas en medio de la desaceleración de la economía global. Esto, junto a las nuevas necesidades regulatorias de los bancos (mayores niveles de capital), podrían llevar a la Fed a poner fin a la reducción del balance este mismo año. "Sería óptimo para la Fed ofrecer reservas en abundancia para el sistema bancario... un exceso de reservas de un billón de dólares parece el nivel razonable para detener la normalización del balance", asegura Michael Feroli, economista de J.P. Morgan.
Kaplan (Fed de Dallas): "Creo que nos encontramos en una coyuntura crítica en términos de política monetaria"
Robert S. Kaplan, gobernador de la Fed de Dallas (sin derecho a voto este año en el Comité Federal de Mercado Abierto o FOMC) recalcaba ayer en un discurso que "el FOMC ha dejado claro que está preparado para ajustar cualquiera de los detalles para completar la normalización del balance en vista de las acontecimientos económicos y financieros". La Fed está abierta a ralentizar el ritmo al que mengua el balance o incluso a detenerlo si fuera necesario. El adelgazamiento del balance es un movimiento que puede tensar las condiciones financieras y poner en peligro el precio de los activos de mayor riesgo.
Kaplan comentaba que tras 115 meses de expansión económica y nueve subidas de tipos en 3 años, "creo que nos encontramos en una coyuntura crítica en términos de política monetaria. Desde mi punto de vista la Fed debería ser paciente. En particular creo que no se debería hacer ningún movimiento en los tipos hasta que exista gran claridad sobre el número de incertidumbres relacionadas con las previsiones económicas y las condiciones financieras".
Además, Kaplan recalcó que ahora mismo "mis colegas del FOMC y yo continuamos analizando y discutiendo el tamaño y la composición adecuada del balance, estamos trabajando para tomar la decisión adecuada en los próximos meses".
Las bolsas y el balance
Casualidad o no, en octubre de 2018 la bolsas mundiales comenzaron a temblar. La volatilidad invadió los parqués y las correcciones hicieron su aparición por todo lo alto. El S&P 500 cayó cerca de un 7% arrastrando al resto de bolsas, como fue el caso del Ibex 35, que se dejó 5,3% (la corrección se extendió en diciembre). Justo en ese mes, la Fed apretó el turbo en la reducción de balance, alcanzando los 50.000 millones mensuales que deberían seguir desapareciendo hasta alcanzar el tamaño 'adecuado'. Ahora la Fed discute el posible reajuste de sus herramientas.
Cuando el proceso de reducción de balance comenzó en 2017, la Fed de Nueva York proyectó cuál sería el proceso adecuado: la conclusión fue que la gradualidad del proceso de normalización finalizaría en 2022, y el tamaño que prevalecería entonces, sería de alrededor de los 2,3 billones de dólares.
Ahora las expectativas del mercado distan de esa fecha y de ese tamaño. Guillaume Martin, economista de Natixis, cree que el "juego de la normalización del balance podría estar llegando a su fin de alguna forma.... dado el importante papel que juegan las reservas (dinero que los bancos aparcan en la Fed) en el actual marco regulatorio y más generalmente por los requerimiento de liquidez".
Desde Natixis, teniendo en cuenta las últimas encuestas realizadas por la Fed de Nueva York, creen que el nuevo nivel de equilibrio de reservas para los bancos está está cerca del billón de dólares, lo que dejaría el tamaño del balance en unos 3,5 billones de dólares. Según los últimos datos publicado por la Fed, los bancos tienen aparcados 1,6 billones de dólares, de los cuales 130.000 millones son reservas obligatorias. Hasta alcanzar el nivel de equilibrio en el que los bancos dejarían de encontrarse cómodos quedan 470.000 millones de dólares.
Al igual que durante los años del programa de estímulos las compras de bonos de la Fed se traducían casi automáticamente en un incremento de las reservas de los bancos, el vencimiento de esos bonos supone una contracción similar para el sistema. La explicación es que en alguna parte de EEUU hay un 'agente económico' que tiene que devolver el principal de ese bono que vence a la Fed que a su vez hace 'desaparecer' ese dinero del sistema.
Las reservas totales (exceso de reservas más las obligatorias) deberían mantenerse entre 1 y 1,1 billones de dólares, según los cálculos de Natixis y J.P. Morgan. Según estas entidades, el balance de la Fed debería quedar de forma estable cerca de los 3,5 billones de dólares, teniendo en cuenta que el dinero en circulación (billetes y monedas) sumará alrededor de 1,8 billones de dólares y la cuenta del Tesoro de EEUU en la Fed estará cerca de los 400.000 millones de dólares.
Con el ritmo de reducción actual del balance (y siempre que la Fed no lo modifique) ese tamaño llegará a finales de este año, contando con una reservas de entre 1 y 1,1 billones de dólares. Como muy tarde "este nivel se alcanzará a principios del próximo año, lo que obliga a la Fed a considerar ahora la transición entre los vencimientos actuales y la reanudación de las reinversiones".