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El balance del BCE ya es un 10% más abultado del que llegó a tener la Fed

  • A pesar de que el 'QE' terminó en diciembre, sus activos siguen creciendo...
  • ... y ya suponen el 40% del PIB de la eurozona, en EEUU solo llegó al 20%

El balance de los principales bancos centrales del mundo ha engordado durante los últimos años hasta marcar máximos que nunca antes se habían visto. Se trata de una secuela más de la crisis: la ingente cantidad de dinero que estos organismos han inyectado a la economía para tratar de darle un empujón al crecimiento ha tenido este efecto secundario, ya que la forma de proveer liquidez al sistema ha sido a través de compras de bonos, soberanos y corporativos, y estos se han ido acumulando en el balance de los bancos centrales.

Esta situación ha llevado a algunos expertos a avisar del riesgo que supone inflar de esta manera el balance de un banco central. Después de años de estímulos, la Reserva Federal estadounidense (Fed) ya ha comenzado el proceso de adelgazamiento, pero el Banco Central Europeo (BCE) todavía no ha empezado, a pesar de haber puesto punto y final al programa de compras de deuda el pasado diciembre.

El balance marca máximos en los 4,705 billones de euros, el 40% del PIB de la Eurozona

Durante el primer mes de 2019, el balance del BCE ha marcado un nuevo máximo en los 4,705 billones de euros, más del doble del que mantenía cuando empezó el programa de estímulos en marzo de 2015, que en aquel momento era de 2,155 billones de euros. El balance del BCE ha crecido tanto que ya es casi un 10% mayor del que llegó a tener la Fed, de 4,28 billones de euros, en diciembre de 2016.

En relación al tamaño de la economía, este volumen que ha alcanzado el balance del organismo europeo supone en torno al 40% del PIB de la eurozona en 2017, mientras que para la Fed, el pico más alto del balance fue menor, el equivalente al 20% del PIB. En este sentido, el Banco de Japón es el que más deuda acapara respecto a su economía, con un balance de 4,44 billones de euros que es cerca del 90% de su PIB. Así, en lo que respecta a política monetaria, la eurozona está japonizándose poco a poco.

¿Qué implicaciones negativas puede tener?

La pregunta es: ¿qué implicaciones negativas puede tener un crecimiento excesivo de los activos de los bancos centrales? Jaime Caruana, gobernador del Banco de España entre el año 2000 y el año 2006, y posteriormente gerente del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), señalaba en octubre de 2012, en una conferencia del BIS en Tailandia, cómo "las expansiones de los balances de los bancos centrales tienen implicaciones, tanto en la economía real como en el sector financiero", y distinguía cuatro riesgos: el de la inflación; el de que aumente la inestabilidad financiera por una expansión excesiva del crédito; el riesgo de que se generen distorsiones en los mercados financieros y, por último, el de que se produzcan conflictos con los responsables de gestionar la deuda de los países, ya que, explica Caruana, cuando un banco central compra deuda a largo plazo, "aparece la tentación de incrementar las emisiones, y cuando un banco central decide revertir la política acomodaticia, ¿cuál será la reacción de los gestores de deuda soberana? Es necesaria una coordinación fuerte entre instituciones para asegurarse de que no se produzcan intereses cruzados", señala el experto.

Precisamente, parece que ya ha llegado el momento en el que los bancos centrales van a dar marcha atrás en sus políticas de estímulos de los últimos años. Desde Lyxor AM creen que "el ejercicio 2019 estará marcado por la retirada de los bancos centrales mundiales, en términos de balances. Por primera vez se registrará una reducción del balance combinado de la Reserva Federal, el BCE, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón. Y el impacto de esta contracción de la liquidez en la economía mundial y en los mercados financieros sigue siendo incierto".

Así, parece que no es fácil anticipar cómo reaccionará el mercado a esta caída en la liquidez (si un bono de una empresa que está en el balance del BCE vence, y este último no reinvirtiese el vencimiento, algo que ya hace la Fed, se produce una reducción en la liquidez al sistema), pero hay quien empieza a señalar factores que están coincidiendo con el adelgazamiento del balance de la Fed.

Es el caso de Barclays, quienes señalan que "después de una década de expansión sin precedentes de los balances de los grandes bancos centrales, la tendencia actual es la opuesta: la Fed está reduciendo sus activos y subiendo tipos de interés, mientras que el BCE terminó el QE [programa de compras de deuda] en diciembre. El crecimiento en la oferta monetaria global se suavizó mucho en 2018, algo que coincidió con las compresiones de las ratios PER [multiplicador de beneficios] y también con la ampliación de los diferenciales de crédito".

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