
Con la contrarreloj en marcha y la administración Trump intentando desmarcarse de la detención en Canadá de la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, EEUU no tiene intención de prorrogar las negociaciones comerciales con Pekín más allá del límite de 90 días que comenzó el 1 de diciembre. "En lo que a mí respecta, es una fecha límite. El presidente no tiene intención de extender más allá de marzo", dijo el representante comercial de EEUU, Robert Lighthizer, al canal CBS. El principal negociador del gobierno estadounidense espera que China implemente cambios estructurales que protejan la tecnología y la propiedad intelectual estadounidense y aumente el acceso al mercado para las compañías estadounidenses.
"Si no, tendremos aranceles" amenazó, haciendo referencia al aumento del 10 al 25% de los aranceles sobre productos chinos por 200.000 millones de dólares, que podría aplicarse el 1 de marzo. A ello habría que sumar la intención de la Casa Blanca que gravar importaciones adicionales chinas por otros 267.000 millones de dólares, lo que supondría tasar el total de bienes del país que entran en EEUU.
Mientras las negociaciones siguen su curso, tanto Lighthizer como Peter Navarro, director de política comercial de la Casa Blanca, o Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional, han minimizado el impacto que la detención de Wanzhou tendrá en las conversaciones con China. Alegando que el caso de Huawei es una causa criminal, EEUU intenta tirar balones fuera.
Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China convocó el domingo al embajador estadounidense, Terry Branstad, para protestar por el arresto de la directora financiera de Huawei, un día después de que el embajador de Canadá recibiera el mismo trato. "Las acciones de EEUU han violado gravemente los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos", dijo el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Le Yucheng, al diplomático según informó la agencia estatal de noticias Xinhua.
Todo ello en un momento en que el senador republicano por Florida, Marco Rubio, aseguró el pasado fin de semana estar dispuesto a introducir una nueva legislación en la próxima legislatura del Capitolio que prohíba a las compañías de telecomunicaciones chinas, como Huawei y ZTE, hacer negocios en EEUU. Esto supondría un varapalo no solo para dichas compañías sino también para el sector de los semiconductores estadounidenses. Los grandes fabricantes de microchips estadounidense generan cerca del 39% de su ventas en China, con Qualcomm liderando la lista con un 65% de los ingresos generados en el país, seguido de Micron, con el 57%