El torrente de noticias y declaraciones que está dejando la detención por parte de Estados Unidos de la directora financiera de Huawei no paró durante el domingo. En un nuevo intento por presionar al país norteamericano, el viceministro de asuntos exteriores chino, Le Yucheng, convocó ayer al embajador estadounidense, Terry Branstad, para exigir que se retire la orden de detención que pesa sobre Meng Wanzhou, quien fue detenida el pasado 1 de diciembre en Canadá.
El viceministro chino lanzó un comunicado en el que animó a Estados Unidos a "corregir inmediatamente su error y revocar la orden de detención emitida contra la ciudadana china". El comunicado avisaba de que China "dará una respuesta" en función de cómo actúe Estados Unidos.
La detención de la ejecutiva China en Canadá tras emitir Estados Unidos una orden de arresto ha ocurrido en un momento en el que el país americano y China están negociando lo que podríaterminar siendo una tregua, o una paz duradera, en la guerra comercial que se ha iniciado este año. De hecho, el tono que China ha utilizado para hablar con el país americano parece más suave que el que usó contra Canadá, ya que la última demanda del Pekín a Estados Unidos llegó un día después de que el país asiático convocase, el sábado, al embajador canadiense con un mensaje más agresivo: "Liberen a la ejecutiva de Huawei o tendrán que enfrentarse a consecuencias inesperadas", amenazaba China en aquel momento.
La detención de la directora financiera se produjo el mismo día en el que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Xi Jinping, su homólogo chino, se reunieron en Buenos Aires y terminaron cerrando un acuerdo por el cual el país americano no incrementaría los aranceles, como tenía previsto para el día 1 enero. China, por su parte, aceptó bajo ese pacto que incrementará sustancialmente las compras de bienes y servicios estadounidense. Fuentes consultadas por The Wall Street Journal mencionaron que China está preparada para aununciar grandes compras de soja y de gas natural americano en próximas semanas, además de la posibilidad de reducir los aranceles a la importación de automóviles estadounidenses. No hay que olvidar que una de las quejas que Trump ha hecho pública sobre las relaciones de su país con China es el gran déficit comercial que existe, con Estados Unidos comprando productos chinos en 2017 por más de 500.000 millones de dólares, mientras que China sólo compró productos estadounidenses por valor de casi 155.000 millones de dólares ese año, generando un déficit comercial de más de 350.000 millones.
Los problemas con Huawei
La detención de la directora financiera de la tecnológica china se basó, según la órden emitida por Estados Unidos, en que la compañía ha "violado sistemáticamente" las sanciones comerciales impuestas a Irán. Sin embargo, la realidad podría ser diferente, ya que, Estados Unidos está inmerso en una campaña contra la compañía China y lleva años alertando sobre la firma ,ya que el país americano teme que el gobierno del país pueda estar forzando a la empresa a utilizar sus productos, vendidos en casi todo el mundo, para espiar o interferir en las telecomunicaciones, algo que la compañía niega.
La llegada de la red 5G, que según los expertos incrementará las conexiones de todo tipo de aparatos, parece haber acrecentado las tensiones entre Washington y la compañía. Otros países, como Australia y Nueva Zelanda, y Japón, han vetado a la marca en sus redes. La compañía británica BT, por su parte, avisó la semana pasada de que se desprendería de todo el equipamiento de Huawei de sus redes.
Hay que tener en cuenta que una de las causas que esgrime Estados Unidos en su cruzada comercial contra China es la falta de seguridad en la red y los robos de tecnología americana. El país americano alega que existen brechas de seguridad que comprometen a las compañías que operan en China, y apunta específicamente a problemas en la protección de datos IP (el identificador de un aparato cuando se conoecta a una red) en el país.
El temor a las represalias
La decisión de Estados Unidos parece haber despertado el temor de algunos empresarios americanos a viajar a China, por miedo a que el país pueda decidir detenerles a ellos como represalia. Según Reuters, en un evento en Singapur de empresas estadounidenses que se celebró el jueves, se produjo un gran debate sobre esta possibilidad y, algunos ejecutivos, han decidido restringir todos los viajes a China que no se consideren esenciales, y están organizando sus agendas para evitar pasar por el país. Según explica la agencia, en el evento se encontraban ejecutivos de grandes multinacionales estadounidenses como Walt Disney, Alphabet, Facebook y PayPal, entre otras firmas.