China ya tiene un aliado para la reunión del G20 que se celebra a partir de este viernes en Buenos Aires y en la que se tratará la guerra comercial que Pekín libra contra el "proteccionismo" y los aranceles que están aplicando los Estados Unidos presididos por Donald Trump: España.
Esta alianza, escenografiada a lo largo del viaje oficial del presidente de China, Xi Jinping, a Madrid que terminó este miércoles, se concretó en una declaración, firmada tanto por Xi como por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. En ella, ambos Estados se comprometen a apostar por una "economía mundial global, abierta, equilibrada e inclusiva", con la promesa, además, de "luchar contra el proteccionismo y unilateralismo" y por el impulso de la promoción de "un mercado más abierto y la eliminación de todos los obstáculos comerciales".
También España y China aunarán esfuerzos para "promover una estrategia reformista eficaz para la modernización de la Organización Mundial del Comercio", que precisamente está siendo objeto de discusión y polémica entre sus estados miembro. En este sentido, se plantea utilizar como plataforma el grupo de trabajo creado entre la Unión Europea y China.
Por otro lado, el documento recoge uno de los principales motivos para la visita de Xi a Madrid: reforzar la relación económica y comercial de China con España, con la idea de incrementar los intercambios comerciales y que estos sean más equilibrados y en nuevos sectores, incluyendo la posibilidad de que se aumente la cofinanciación de proyectos en instituciones multilaterales.
En este sentido, el ámbito del transporte va a jugar un papel clave. La declaración recoge que tanto España como China continuarán impulsando el proyecto logístico de trenes de mercancías que enlazan China y España y "de explorar nuevas oportunidades de negocio que permitan incrementar el volumen de mercancías transportado. Sin embargo, esto no implica que España se vaya a implicar en la iniciativa la Franja y la Ruta (BRI), la nueva ruta de la seda que capitanea China. Moncloa ya ha precisado que, como mucho, participará en proyectos relacionados con ella, aunque Xi no parece haberse dado por aludido. En su comparecencia en el Senado, el mandatario chino defendió su apuesta así como la posible implicación de España en ella.
También abordó la oportunidad de negocio que se abre para las empresas españolas con los acuerdos. Indicó que para abastecer el crecimiento de China será necesario importar "productos de alta calidad" por valor de 10 billones de dólares en los próximos cinco años, situación para la que los sectores productivos patrios tienen una posición ventajosa gracias a los acuerdos firmados el miércoles. Además, espera que España se convierta en "la puerta de China a Europa".
"Ambiciosos"
El impulso de las empresas y de las relaciones financieras ha sido uno de los hilos conductores de la expedición china. De hecho, Sánchez y Xi supervisaron la reunión del Consejo Asesor Empresarial Chino-Español. "Somos ambiciosos", indicó Sánchez en una breve intervención en el madrileño Palacio del Pardo, donde se alojaron Xi y su esposa durante la visita, donde opinó que los acuerdos ayudarán a "revitalizar las relaciones económicas y elevarlas a un nuevo nivel".
De hecho, considera los pactos "instrumentos tangibles que ayudarán a las empresas españolas a mejorar el acceso al mercado chino", reducir sus costes y aumentar la seguridad jurídica, "y reiteró que China es un "aliado prioritario".
Cambios fiscales
De los acuerdos que rubricaron los gabinetes ministeriales de España y China, bajo la atenta mirada de sus presidentes, destaca el convenio de doble imposición firmado por el ministro de Exteriores oriental, Wang Yi, y la ministra de Hacienda española, María Jesús Montero. Con él, se elimina la doble imposición en relación con los impuestos sobre la renta, de manera que los españoles que trabajan en China y declaran allí no tienen que pagar de nuevo estas tasas, y viceversa.
También se acordó un memorándum de entendimiento de Terceros Mercados, para facilitar la colaboración de empresas españolas y chinas en proyectos en África y Latinoamérica. Además se cerraron los protocolos adelantados el miércoles por elEconomista por los que se podrá llevar la uva de mesa española a los mercados chinos y se ampliarán los productos cárnicos de porcino nacional autorizados para su exportación al país asiático.