
El acuerdo comercial alcanzado el domingo entre Estados Unidos y Canadá, que incluye a México, resta incertidumbres a la economía del país, según explica Francisco N. González Díaz, director general de Bancomext. El nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés) se denominará Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA). Con él, se crea un marco estable para casi las dos próximas décadas, que debería impulsar las inversiones. De hecho, la bolsa mexicana celebró el lunes el pacto con subidas.
¿Qué impacto tiene para México el 'nuevo Nafta'?
Es un acuerdo que trae certidumbre para el país. A diferencia de lo que en un momento planteó el presidente estadounidense, Donald Trump, que pretendía que fuera cancelable pasados seis años, el nuevo Nafta, se firma por 16 años y no se puede anular, sino que es revisable, lo que ofrece la alternativa de actualizarlo; algo positivo. Para los inversores que miran hacia México aporta mucha visibilidad.
¿Era importante que Canadá no se quedara fuera del pacto?
Para México, contar con un tercero en la mesa era importante; especialmente cuando se negocia con un gigante como Estados Unidos.
¿Confía en que será un revulsivo para las inversiones en el país?
Sí. Existían dos cosas que las restringían: una eran las elecciones y la otra, el Nafta. Tras los comicios, las inversiones procedentes de Asia se han reactivado. Las inversiones de empresas españolas previstas no se han retrasado. Es cierto que otros han sido más sensibles, pienso que por desconocimiento, pero la situación va a cambiar. Respecto a las inversiones de las empresas mexicanas, tuvieron un impasse por las elecciones, pero ahora mismo ya estamos asistiendo a una clara mejoría, que nosotros sentimos desde el lado del crédito, y que se está traduciendo en un inversión en nuevas plantas, en hoteles...
Otro importante acuerdo comercial firmado en 2018 es el rubricado con la Unión Europea. ¿Cuándo entrará en vigor?
Por ahora se ha aprobado, pero es necesario que pase por los parlamentos de cada país, por lo que igual estamos hablando de enero-marzo de 2019. También el que se acaba de cerrar con Estados Unidos debe ser validado por el Congreso. Lo que hemos hecho con la Unión Europea es actualizar los términos, adaptándolos a lo fijado entre Europa y la Alianza del Pacífico, en la que participamos junto a Chile, Colombia y el Perú, que eran mucho más liberales. El anterior tratado establecía límites para ciertos productos, como la naranja o los lácteos, que nos obligaron a imponer otras limitaciones a las exportaciones europeas. Esto cambiará ahora y habrá muchas menos trabas.
¿Y Mercosur?
Mercosur es un tema más complicado. Tenemos acuerdos con Brasil, Argentina o Uruguay: nosotros preferimos los pactos uno a uno.
¿Va a dar el 'nuevo Nafta' un trato de favor a las empresas estadounidenses sobre las españolas en el mercado energético mexicano?
El anterior tratado de libre comercio no incluía la reforma energética, algo que el nuevo sí que recoge. No obstante, no aporta ninguna facilidad extra para las compañías de EEUU. La inversión de empresas españolas o norteamericanas gozan de un trato homogéneo.
¿Y puede perjudicar con China?
Con China la exportación está creciendo bastante. En el largo plazo una guerra comercial no ha salvado a nadie, pero ahora tenemos mucha cercanía a China. México es el único país hispanohablante que tiene conectividad de vuelos con Corea, Japón y tres conexiones con China. Una relación que además de turistas, trae empresarios. Este flujo va a provocar que en ocho o diez años exista una notable participación de empresarios chinos en México y viceversa.
Durante la campaña electoral, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) insistió en frenar la reforma energética de Peña Nieto...
El presidente electo ha ofrecido garantías para todas las inversiones en renovables. Las empresas pueden estar tranquilas. Donde podrían producirse ciertos cambios, creo que a mejor, es en la parte de Pemex.
¿Y en la banca? AMLO llegó a plantear un cambio de modelo...
Las decisiones que toma el Gobierno van en línea con lo que ha sido la relación con la banca durante muchos años. Lo que sí se va a producir en los próximos es un impulso a la bancarización. Se calcula que en México se sitúa en el 30%, que si bien es una cifra superior a la de otros países de América Latina, deberíamos llegar a un 60%, en la línea con la penetración del sector en la mayoría de los países europeos.
¿Está el peso mexicano preparado para el alza del precio del dinero?
Los tipos ejercerán presión sobre el peso, pero probablemente menos que en otras divisas latinoamericanas. México tiene controlada la inflación, el déficit... tiene una macroeconomía hecha y derecha. Su mayor convertibilidad, que no tiene Argentina o Turquía, le quita volatilidad.