
Los frentes que tiene abiertos el presidente ruso, Vladimir Putin, en el exterior son muchos y grandes. Pero, probablemente, su mayor preocupación ahora mismo sea el borrador que tiene entre manos y que prevé retrasar la edad de jubilación. Putin ha dado hoy su apoyo al mismo, aunque la presión social le ha obligado a suavizar el incremento que iba a sufrir la edad de retiro de las mujeres. La propuesta inicial, defendida con vehemencia por Dimitri Medvedev (primer ministro de Rusia), cuenta con la reprobación del 89% de los rusos, lo que estaba dañando seriamente la popularidad de Vladimir Putin, que ya se encuentra en mínimos de los últimos cuatro años. El giro de última hora del presidente intenta revertir esta situación, dejando a Medvedev como el 'malo' y al presidente ruso como el salvador de última hora que ha suavizado una reforma inevitable.
La Duma (Cámara baja) había aprobado en julio la primera lectura del proyecto de ley que proponía elevar de 60 a 65 años progresivamente la edad de jubilación ordinaria para los hombres desde 2019 hasta 2028 y la de las mujeres de 55 a 63 años desde 2019 hasta 2034. Finalmente, ante las protestas y la caída en popularidad del líder ruso, Putin ha suavizado esta reforma y ha dejado en 60 años la jubilación para las mujeres. Sin embargo, la polémica sigue presente en Rusia por las formas elegidas con las que se comunicó en principio esta medida.
Medvedev aprovechó el debut de Rusia en el mundial que se celebró dentro del país para anunciar esta medida y un incremento del IVA general
Pero para entrar en vigor, el texto debe ser aprobado en tres lecturas, refrendado a continuación por la Cámara Alta y ratificado por el presidente, es decir, por Vladimir Putin. Aunque el presidente pretende descafeinar el incremento de la jubilación para las mujeres, Putin sí ha dado su apoyo parcial a este cambio en la edad de jubilación que lleva sin tocarse desde su aprobación en 1932.
Aunque el envejecimiento de la fuerza de trabajo y el crecimiento de la esperanza de vida al nacer han dejado a Putin con pocas opciones respecto a esta cuestión, la opinión pública rusa está empezando a dejar de lado a su presidente y a su partido político, Rusia Unida.
Putin empieza a perder apoyo
La última encuesta publicada por Levada Center (uno de los centros sociológicos independientes más importantes de Rusia) muestra un cambio importante en las preferencias de los rusos desde que se anunciase de forma clara la intención de retrasar la edad de jubilación. Por un lado, por primera vez desde 2014 hay más rusos que tienen una percepción positiva de la Unión Europea y EEUU que negativa.
A la vez que esto ocurre, el ratio de aprobación de Vladimir Putin ha caído hasta el 67%, unos niveles que no se veían desde antes de la adhesión de Crimea (operación que incrementó la popularidad de Putin), cuando aún sobrevolaba en Moscú las acusaciones de fraude electoral de 2012, unos comicios en los que la prensa y los observadores internacionales de la OSCE denunciaron unas condiciones extraordinariamente duras para los candidatos que buscaban arrebatar la presidencia a Putin.
La estrategia de la controversia
El apoyo parcial de Putin al retraso en la edad de jubilación, podría costar caro a un presidente que siempre ha contado con elevados ratios de aprobación por parte de su pueblo. Las protestas se han reproducido por decenas de ciudades rusas, no solo por el propio cambio de la ley, también por las formas elegidas para anunciarlo.
El Gobierno de Rusia aprovechó el comienzo del Mundial de fútbol que se ha disputado en el país para anunciar un incremento progresivo de la edad de jubilación. Por otro lado, esta medida llegó junto con un incremento del IVA general de dos puntos porcentuales hasta el 20%.
Otro de los puntos más controvertidos es la edad impuesta para la jubilación de los hombres, que choca con la baja esperanza de vida de este sexo en Rusia. La esperanza de vida de los hombres en Rusia es de 65,9 años (según la OCDE), por lo que de media los rusos sólo podrían disfrutar de 9 meses de pensión. Las mujeres tienen algo más de suerte, puesto que su esperanza de vida al nacer es de 76,7 años, por lo que podrían disfrutar de la pensión más de trece años de media.
El escenario es aún más lúgubre en algunas regiones de Rusia como Novgorod, donde la esperanza de vida para los hombres apenas llega a los 64 años. Según publican desde la agencia Bloomberg, regiones como esta han cambiado poco desde el fin de la Unión Soviética.
Un paseo por el cementerio de Zapadnoye revela que pocos hombres de Novgorod llegan a la vejez. Es fácil encontrar tumbas de hombres jóvenes que murieron en accidentes, guerras o peleas entre mafias, muchos con epitafios como "llegó a un final trágico". Por lo demás, la edad para morir que más se repite entre los hombres es los 62 años. Mientras que tumbas de hombres que vivieron más allá de 70 años son bastante difíciles de encontrar.
Nikolay Novichkov, que una vez asesoró al gobernador de la región, culpa a la "atracción gravitatoria de San Petersburgo" que se lleva a los lugareños más jóvenes y mejor educados. Novichkov comenta a Bloomberg que no solo el alcoholismo y otros malos hábitos de salud son los que matan a los hombres rusos, sino también una especie de desolación espiritual. "La gente ha perdido la esperanza de llegar a ver un futuro brillante",explica.
Sin embargo, la realidad financiera del país es la que es. El país tiene serios problemas para cuadrar sus cuentas públicas, que llevan presentando déficit tras déficit desde 2012. Según publica el semanario The Economist, este retraso es necesario en Rusia, que junto a Uzbekistán es el único país de la antigua Unión Soviética que no ha prolongado la edad de jubilación para hacer frente a la caída de la natalidad y el incremento de la esperanza de vida.
Un estudio publicado por un think tank cercano al gobierno ruso destaca que si la reforma no se implementa, en 2035 habrá más pensionistas que trabajadores aportando al sistema. Además, el fondo de pensiones ruso ha dependido durante mucho tiempo de los ingresos relacionados con las empresas energéticas. Ahora mismo, Moscú realiza transferencias de alrededor de 45.000 millones anuales de euros a este fondo para que pueda cumplir con sus pagos.
Esta reforma tiene como objetivo "reducir las transferencias del presupuesto federal hacia el fondo de pensiones", explica Oksana Sinyavskaya, experta política del Colegio Mayor de Economía de Moscú a Csmonitor. Pero esta experta advierte de que la situación real es más compleja: "No deberíamos hacernos ilusiones, después de subir la edad de jubilación no se habrán resuelto todos nuestros problemas con el sistema de pensiones. Necesitamos un paquete de medidas mucho más amplio que modifique el sistema de pensiones, pero sobre todo el mercado laboral".
Aunque Putin ha suavizado la propuesta inicial, su apoyo a la reforma, aunque necesaria para la sostenibilidad de las pensiones, puede ser el principio del fin de uno de los presidentes con mayor apoyo social de Europa.