
En el verano de 2008, con un euro que todavía no había cumplido su primera década de vida, la divisa comunitaria lograba un hito que no se ha vuelto a repetir: durante una jornada, el día 15 de julio, el precio de la moneda europea batía los 1,60 dólares por primera vez en su historia, un hito que no duró demasiado, ya que el cruce cerró ese día en los 1,59 dólares por euro. Han pasado 10 años, tan convulsos que incluso ha habido momentos en los que la supervivencia de la moneda europea se ha puesto en duda, como ocurrió durante la crisis de deuda europea, en la que Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), tuvo que acudir al rescate, en verano de 2012, para asegurar la superviviencia de la divisa, con su discurso "haré lo que sea necesario para salvar al euro y, créanme, será suficiente".
Diez años después de los máximos, la moneda cotiza en los 1,17 dólares, casi un 27% por debajo de los 1,60 dólares, un nivel que los expertos descartan que se vaya a volver a ver, al menos durante los próximos años, a pesar de que, en general, se esperan subidas para la divisa europea frente al billete verde: entre las 32 firmas que recoge Bloomberg que han lanzado previsiones para el cruce durante el último mes, de cara al año que viene la más alcista que se puede encontrar es la que lanza Scotia Bank, que ve al cruce en 1,35 dólares durante el próximo ejercicio. Los más bajistas de la lista, Rabobank, lo ven ese año en 1,11 dólares.
Las opiniones son dispares para el par, en un momento en el que hay muchas variable sobre la mesa que pueden llevar a la divisa a moverse en uno u otro sentido. La política monetaria es clave y, de momento, la Reserva Federal (Fed) se encuentra en un proceso de aumento de tipos de interés, mientras el BCE aún no ha comenzado a subirlos, y se conforma con ir retirando su programa de compras de deuda, una combinación que, según muchos expertos, en principio es alcista para el dólar. Sin embargo, las políticas que adopten los grandes señores del dinero no son el único factor susceptible de mover a la moneda que se ha de tener en cuenta: la política en Europa atraviesa un momento convulso, con un auge de los partidos euroescépticos en países como Italia. Tampoco se debe desdeñar el impacto de la política comercial de Trump, o los problemas que están viviendo los emergentes.
La opinión de los expertos
Jesse Cohen, analista de Investing.com, tiene una perspectiva todavía más bajista que Rabobank para la divisa: "En mi opinión, desde los niveles actuales el euro se va a ir mucho más abajo frente al dólar, y lo veo en los 1,05 dólares para el año 2020", señala. El experto justifica su opinión al destacar que "el BCE va a tener que retrasar su proceso de normalización monetaria, debido a eventos macro negativos y el desarrollo de la política durante los próximos 12 a 18 meses. Creo que la Reserva Federal y su política monetaria agresiva va a ser el factor clave, presionando al alza al dólar frente al euro", explica el experto.
Como Scotia Bank, las previsiones que maneja el banco estadounidense Citi apuntan a una recuperación del euro hasta alcanzar los 1,35 dólares en el largo plazo. La firma señala cómo "el euro dólar ahora parece atado a un rango entre los 1,15 y los 1,18 dólares. Los catalizadores que podrían generar debilidad para el euro incluyen debilidad económica en China, posiblemente relacionada con la guerra comercial, el impacto de los estímulos fiscales en EEUU y la debilidad de los mercados emergentes", explican. Por otro lado, los escenarios que podrían apoyar al alza a la divisa europea incluyen la estabilización en las previsiones de crecimiento para la eurozona y su impacto en las expectativas de tipos del BCE, además de un posible impacto negativo en la economía estadounidense por el proceso de normalización monetaria de la Fed, y el aplanamiento de la curva de la deuda americana". Otro problema que podría lastrar al dólar, según Citi, es "un impacto negativo en la economía norteamericana por la política comercial de EEUU".
Trump quiere un dólar débil
El elemento clave más reciente para el futuro de la divisa es la intención de Donald Trump de depreciar al dólar, con la intención, parece, de reducir su déficit comercial, en un momento de auge en las tensiones comerciales con China y la eurozona. "El dólar es demasiado fuerte, y en parte es culpa mía, porque la gente tiene confianza en mi", declaró en abril. Ahora, su injerencia esta semana en los asuntos de la Fed, al señalar que no le gusta que el organismo suba tipos, amenaza con presionar al dólar a la baja.