
El Banco de España cree que una subida de los tipos de interés tendría efectos negativos "mucho más rápidos" en las rentas de las familias y las empresas que en las administraciones públicas. La dependencia de familias y empresas de los tipos a corto plazo y variables convierte a estos dos sectores en los primeros 'perdedores netos' de una subida de tipos por un mayor pago en intereses.
La renta bruta disponible (RBD) de las familias españolas se reducirá seis décimas si los tipos de interés subieran en 100 puntos básicos en el periodo 2018-2020, al tiempo que conllevaría un incremento de un 1,4 puntos porcentuales de la carga financiera de las empresas en relación con su excedente bruto de explotación (que está compuesto en su mayor parte por los beneficios empresariales). Esta subida dejaría el tipo de interés principal de refinanciación del Banco Central el Europeo (BCE) en el 1%. Ahora mismo, este tipo clave se encuentra en el mínimo histórico del 0% y podría permanecer en ese lugar hasta finales de 2019.
No obstante, el propio informe reconoce que en el caso de los hogares este impacto se vería reducido hasta los 0,2 puntos porcentuales de la renta bruta, puesto que hay que tener en cuenta que una subida de los tipos de interés también afectaría de forma positiva a los hogares cuyos depósitos en los bancos superan el endeudamiento financiero.
Estas son las estimaciones realizadas por el Banco de España en base a un escenario en el que los tipos de interés aumentan 100 puntos básicos, si bien el escenario base del organismo contempla una subida "gradual y moderada" e inferior a estos 100 puntos básicos, según señala en el documento 'La sensibilidad de las rentas de las administraciones públicas, las sociedades no financieras y los hogares españoles ante aumentos en los tipos de interés'.
El análisis muestra que el impacto de la subida de los tipos en las administraciones será más lento y se produciría fundamentalmente como consecuencia de incrementos en las rentabilidades a medio y a largo plazo, mientras que en las familias y las empresas los efectos son "mucho más rápidos" y tienen lugar principalmente a causa de la elevación de los tipos de interés de corto plazo.
El sector empresarial es más sensible a un aumento del precio del dinero a corto plazo por su financiación "con vencimiento próximo y a tipo variable", aunque apenas influiría el alza de la curva de tipos a largo. De esta forma, una subida de 100 puntos básicos en los tipos de interés de corto plazo daría lugar a un incremento en la carga financiera neta del sector de 1,4 puntos porcentuales en relación con su excedente bruto de explotación (EBE) al final del horizonte de previsión, en comparación con el escenario base.
En el caso de una subida de los tipos de interés a largo plazo, la carga financiera neta apenas se incrementaría en 5 puntos básicos. Combinando las dos perturbaciones, el impacto neto sería algo inferior a 1,5 puntos porcentuales (0,35% del PIB).
Estos efectos son "cuantitativamente elevados", pero más moderados que los que se estimaban justo antes de la última crisis, como consecuencia del notable desendeudamiento de este sector durante los últimos años, explica el Banco de España.
En lo que respecta a las familias, resalta que ante el predominio de la financiación a tipo de interés variable y la duración corta de los depósitos, los gastos e ingresos financieros están fundamentalmente ligados a las variaciones en los tipos de interés de corto plazo y son prácticamente insensibles a los cambios en el tramo largo de la curva de rentabilidades.
En concreto, el impacto asociado a una subida de 100 puntos básicos en los tipos de interés a corto plazo sobre los pagos por los intereses de las deudas contraídas se estima en 0,6 puntos porcentuales de la renta bruta disponible (RBD) al final del horizonte considerado.
No obstante, el impacto en términos netos es más moderado, de algo menos de 0,2 puntos porcentuales de la RBD, ya que, para el conjunto del sector, los mayores pagos por los intereses de las deudas contraídas se ven en gran parte compensados por el aumento de la remuneración de los depósitos del sector (casi 0,5 puntos porcentuales de la RBD).
El impacto en la administración pública
En cuanto a las administraciones públicas, la autoridad monetaria apunta que, dado el predominio de la financiación a largo plazo y a tipo fijo, el impacto del aumento de los tipos de interés en la carga financiera neta (diferencia entre los pagos y los ingresos por intereses) es gradual y, comparativamente, más acusado cuando la subida se concentra en el tramo largo de la curva.
Según el Banco de España, la elevada inercia de los pagos por intereses en este sector, vinculada con el largo plazo de los pasivos contraídos, hace que la carga financiera neta no aumente a lo largo del horizonte de tres años simulado bajo un escenario de incremento moderado de los tipos de interés como el contemplado bajo el escenario base, y que tampoco lo haga en los escenarios alternativos.
Las previsiones de la autoridad monetaria estiman que un incremento de 100 puntos básicos en los tipos de interés a corto plazo se traduciría en una carga financiera neta que a finales de 2020 sería 0,1 puntos porcentuales más elevada en relación con el PIB que en el escenario base, mientras que un aumento de la misma cuantía en los tipos de interés a largo plazo implicaría un aumento de aquella de dos décimas.
En un escenario en el que ambos tipos se incrementaran simultáneamente, los pagos netos por intereses de las administraciones se elevarían en 0,3 puntos porcentuales del PIB en comparación con el escenario base.
"Estos efectos son sustancialmente mayores que los que se estimaban hace unos años, con anterioridad al notable aumento registrado por el endeudamiento de las administraciones públicas, que ha acrecentado la sensibilidad del saldo a las variaciones en los tipos de interés", añade.