Entre 2008 y 2016, el sueldo medio apenas ha crecido un 5,8%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este porcentaje contrasta con el 11,8% que ha subido la inflación en el mismo periodo. Los datos de costes salariales relativos a 2017 y el primer trimestre de 2018 indican que el estancamiento se mantiene.
Según el INE, el coste salarial total se situó en 1.909 euros mensuales de media en el primer trimestre de 2018, lo que supone un incremento del 0,7% respecto al mismo periodo del año pasado, frente a una inflación que ronda ahora mismo el 2%. Si miramos la evolución pasada, el estancamiento se mantiene: desde 2012 hasta ahora, los costes salariales medios apenas han subido 7 euros al mes.
Los datos del Ministerio de Empleo relativos a la subida salarial pactada en convenio también muestran una variación al alza, pero siempre por debajo de la inflación, de forma que estarían perdiendo poder adquisitivo.
Esta situación parece no terminar a corto plazo. Según las previsiones de primavera de la Comisión Europea, los sueldos españoles seguirán perdiendo poder adquisitivo al menos hasta 2020. De hecho, de acuerdo con estos datos de Bruselas, acumularemos cuatro años consecutivos de pérdida de poder adquisitivo de los salarios, ya que la última vez que subieron los costes laborales reales fue en 2015, debido en parte a la recuperación de parte de la paga extra que se había suprimido en 2012 a los trabajadores públicos. Bélgica, Chipre, Irlanda y Finlandia también acumularán, como España, casi un lustro continuado de devaluación salarial.
¿Por qué no suben los salarios?
Pero, ¿qué pasa en España para que la recuperación de la economía no se traslade del todo a los salarios?
En primer lugar, el paro. El número de desempleados sigue muy cerca de los cuatro millones y una tasa de paro aún muy superior a los países de alrededor. Esto hace que la demanda de empleos siga siendo muy alta, lo que permite a los empleadores ofrecer sueldos más bajos. De hecho, algunos estudios cuantifican la caída salarial del "efecto sustitución" de trabajadores más caros por más baratos durante la crisis en el 12%. Así lo indicaba el estudio elaborado por David Fernández Kranz para Funcas.
Eurostat avala estos datos añadiendo que España es el tercer país europeo en el que menos vacantes laborales existen. Según la agencia europea, sólo el 0,9% de los puestos de trabajo "buscan dueño", sólo por delante de Grecia y de Portugal. Esta falta de puestos empuja la devaluación salarial, ya que las empresas tienen la posibilidad de continuar contratando más barato.
Salarios de entrada cada vez más bajos
En este mismo sentido, no sólo se nota el "efecto sustitución" en todos los empleos, sino especialmente en los de los más jóvenes. Los ingresos de los jóvenes trabajadores habrían caído un 22% desde el inicio de la crisis. Los datos del INE corroboran también el peor comportamiento de los salarios juveniles en los últimos años: entre los 20 y los 24 años, se cobra un 15% menos que antes de la crisis y un 8% menos en el caso de los jóvenes entre los 25 y los 29 años.
Otro factor que contribuye al estancamiento salarial en España es la creación de empleo en sectores con escasa productividad y salarios más bajos. Según un informe elaborado hace un año, las ramas que más peso han ganado entre 2008 y 2016 han sido las de hoteles y restaurantes (que han pasado del 5,5% al 8,8%) y Transporte, almacenamiento y comunicación (del 6% al 8,1%).
Según el Banco de España "destaca la ganancia de peso de la rama de Hostelería y restauración, a expensas de la construcción, lo cual reflejaría el hecho de que, al tratarse de actividades donde el nivel de cualificación de la mano de obra es, en general, relativamente reducido, el trasvase de trabajadores entre ellas se ve facilitado".
La subida de la inflación impide la recuperación del poder adquisitivo
A todos estos factores, que se dan desde el inicio de la recuperación del empleo, se añade en los últimos tiempos uno nuevo: la subida de la inflación. En mayo, el Índice de Precios de Consumo avanzó hasta el 2,1%, la tasa más alta en los últimos 13 meses. El aumento de los precios del crudo en las últimas semanas ha hecho que muchos analistas revisen al alza su previsión de inflación para este año.
Este incremento complica aún más la recuperación del poder adquisitivo de los salarios, aunque haya acuerdo para una revisión al alza de los mismos. Patronal y sindicatos negocian un acuerdo que podría incluir una subida de salarios en torno al 2%, pero, si la inflación no da un respiro, ni siquiera este aumento permitiría mantener el poder adquisitivo de los trabajadores.