Economía

La precariedad y la congelación salarial frenan los ingresos de la Seguridad Social e impiden reducir el déficit

  • Los ingresos por cotizaciones crecen un 40% menos que en 2007
  • Los salarios de los jóvenes son un 15% más bajos que antes de la crisis
Dreamstime

La Seguridad Social cerrará 2017 con unos ingresos por cotizaciones sociales cercanos a los 110.000 millones de euros presupuestados. Será la primera vez desde que Fátima Báñez tomó las riendas del Ministerio de Empleo en que hay posibilidades de que se cumplan los presupuestos, que indicaban que el Estado ingresaría 110.560 millones de euros procedentes de las cuotas de los trabajadores.

Hasta noviembre, los ingresos fueron de 99.885 millones de euros, lo que indica que la cifra final podría estar entre los 108.000 y los 111.000 millones, en línea con lo esperado. Si se mantiene el ritmo de crecimiento de las cotizaciones que tenía hasta noviembre, la Seguridad Social registrará unos ingresos de en torno a 109.000 millones.

Pero este cumplimiento del presupuesto no esconde otro problema de la Seguridad Social: los ingresos crecen lentamente, incluso cuando se cumplen las optimistas predicciones económicas con las que el Gobierno elaboró los presupuestos. En 2017 pronosticó la creación de medio millón de puestos de trabajo a tiempo completo y el INE dice que han sido 506.000. Además, la tasa de paro esperada a final de año era del 17,5% y finalmente ha sido un punto menor. Pero el que los datos hayan mejorado lo previsto no se ha traducido en un desbordamiento de las previsiones de ingresos.

De hecho, el crecimiento de las cotizaciones es menor que en años en los que se creaba empleo a un ritmo similar. Por ejemplo, según Empleo, la afiliación creció en 611.146 personas en 2017. Si buscamos un año en el que se generasen cifras parecidas, nos tenemos que ir a 2007, cuando la afiliación se incrementó en 564.387 personas. En aquel año, esta creación de empleo se tradujo en 7.592 millones de euros, mientras que en este ejercicio los nuevos afiliados dejarán en las arcas de la Seguridad Social en torno a los 5.500 o 6.000 millones más que el año pasado. Es decir, antes las cotizaciones sociales crecían a un ritmo entre un 30 y un 40% mayor que ahora.

¿Por qué los ingresos del sistema crecen ahora más despacio aunque se cree incluso más empleo que antes de la crisis? Fundamentalmente, hay tres motivos: los nuevos empleos de ahora son más baratos que los que se generaban antes de la crisis, el estancamiento del resto de salarios hace que las cotizaciones sólo crezcan por el nuevo empleo y, en tercer lugar, las bonificaciones a la contratación tienen un importante coste para la Seguridad Social.

El efecto de las tarifas planas

El propio presupuesto del sistema dice que estas bonificaciones (las llamadas "tarifas planas" y otras reducciones a la cotización) costaron el año pasado 3.342 millones de euros. Algunos expertos ponen en duda su utilidad, a pesar de que merman aproximadamente un 3% de los ingresos por cotizaciones sociales de la Seguridad Social.

En cuanto a los salarios, han cumplido su sexto año de práctico estancamiento. Los datos del INE indican que crecieron un 0,5% respecto al cuarto trimestre de 2016, pese a aplicarse una subida del Salario Mínimo Interprofesional del 8% en 2017. De hecho, los propios datos del INE indican un incremento de las cotizaciones sociales por trabajador del 1,2% en 2017. En 2007, año similar en cuanto a creación de empleo en España, la misma estadística indicaba un aumento interanual de las cotizaciones sociales del 4,2%, más de tres veces superior, lo que hace pensar en el coste recaudatorio que está teniendo el estancamiento salarial sobre las cuentas de la Seguridad Social.

Caen los salarios de los jóvenes

Finalmente, el nuevo empleo no está ayudando a mejorar los ingresos del sistema. Los datos del INE indican que el salario medio entre los 20 y los 24 años, la más habitual para incorporarse al mercado laboral, han caído más de un 15% desde el comienzo de la crisis. Entre los 25 y los 29 años, edad de incorporación de buena parte de los jóvenes con formación superior, la caída del sueldo medio es del 8%, lo que hace pensar que el nuevo empleo creado en los últimos años es más barato que antes. 

Un estudio de Daniel Fernández Kranz para Funcas cifra la devaluación salarial en el 15% en los salarios de entrada al mercado laboral y del 12% en términos generales, lo que significa que los nuevos contratados cobran un 12% menos que aquellos a los que relevan.

Todos estos factores están mermando la capacidad de crecimiento de los ingresos de la Seguridad Social, impidiendo que crezcan al mismo ritmo que el gasto en pensiones. Por ejemplo, sólo el gasto en bonificaciones ya permitiría cubrir casi íntegramente el incremento del gasto en pensiones previsto para este año, cifrado en 3.800 millones de euros por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Todo ello impide reducir el déficit de la Seguridad Social a buen ritmo, ya que, según los cálculos del Gobierno, en 2017 apenas se reducirá unas décimas respecto al año anterior, pese a crearse más de medio millón de empleos.

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