
La tasa de paro en EEUU se encuentra en mínimos desde el año 2000. Además, el número de trabajos vacantes ha superado los 6,5 millones. Este contexto laboral está generando cuellos de botella en algunos sectores como el de la fontanería, que está obligando a las empresas a ofrecer unas condiciones de trabajo de ensueño para encontrar lo que buscan en el mercado laboral.
Son varias las firmas de fontanería que ofrecen todo tipo de beneficios para llevarse a los empleados con las habilidades necesarias para desempeñar esta profesión. Según publica el diario The Wall Street Journal, muchas de las empresas ofrecen un trato similar al de las grandes tecnológicas en Silicon Valley.
Amplios espacios con grifos de cerveza, aperitivos, máquinas de buen café, sofás y zonas de relajación. Estos son algunos de los extras que ofrecen las firmas de fontanería para que sus trabajadores se relajen en los ratos libres, entre obra y obra.
La situación no es fácil para estas empresas. Colorado's Neuworks Mechanical cuenta con 75 empleados, pero necesita entre 15 y 20 más con cierta urgencia- Jackie Sindelar, director de la firma, explica a The Wall Street Journal que ofrecen clases para hacer ejercicios de relajación.
Bonfe's Plumbing, Heating & Air Service, otra firma del sector, tiene una habitación de relajación insonorizada, con las paredes pintadas en un azul relajante, con un sofá muy cómodo y unos altavoces que reproducen el sonido de las olas. También cuenta con otra habitación llena de juegos, para que los fontaneros se distraigan.
Mayores salarios
Esta escasez de 'expertos de las cañerías' también se está traduciendo en mayores salarios. El sueldo medio de esta profesión en EEUU es de 53.000 dólares al año, pero ya empieza a ser habitual ver ofertas que van desde los 70.000 hasta los 100.000 dólares anuales.
Según relatan los directores de las empresas de fontanería, resulta muy difícil encontrar personas que tengan la formación requerida para realizar este tipo de operaciones en las tuberías de los edificios. Esto genera una competición entre empresas para ver quién ofrece las mejores condiciones a sus trabajadores.
Jonathan Bancroft, director ejecutivo de Morris-Jenkins, asegura que "su teléfono está todo el día sonando, pero no tenemos todos los trabajadores que necesitamos ni con la formación que se requiere".
Alex Kramien, jefe de operaciones de George Morlan Plumbing (una empresa de Portland), está pagando el traslado a los empleados que vienen de otros Estados del país.