Economía

La 'tasa Google' que prevé implantar el Gobierno se atasca en Europa

  • Aunque el modelo no esté "maduro", la UE rechaza las fórmulas nacionales
El Comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. Foto: Archivo.

El Gobierno español ha dado dos pasos al frente respecto a sus socios europeos al proponer un impuesto a las grandes firmas digitales. En muy raras ocasiones nuestro país se posiciona claramente en Europa, menos aún con asuntos tan sensibles como el nuevo gravamen, cuyo proceso legislativo acaba de arrancar en el seno de la Unión. Pero la necesidad de encontrar recursos para costear la subida de las pensiones vinculada al IPC recién pactada con el PNV en el marco del apoyo a los Presupuestos Generales del Estado para 2018 (unos 3.300 millones) ha llevado a Madrid a superar por la derecha la propuesta comunitaria con su tasa Google.

Este empuje del Ejecutivo del Partido Popular justo coincide con un desinfle del impulso con el que había surgido la idea de la tasa digital en Europa el pasado septiembre. Hasta tal punto que Francia, la gran campeona de esta iniciativa, se empieza a irritar y la Comisión Europea reconoce que no llegará a tiempo para financiar parte del próximo Presupuesto plurianual (2021-2027).

Europa, como España, también necesita buscar nuevas fuentes de ingresos para pagar nuevas partidas de gasto. Sobre todo porque con la salida de Reino Unido perderá a su segundo contribuyente neto (entre 10.000 millones y 12.000 millones de euros al año).

Este impuesto provisional del 3% a los ingresos grandes firmas digitales que propuso Bruselas el pasado marzo contemplaba que parte de los 5.000 millones de euros que se esperan recaudar anualmente se dedicaran al Presupuesto comunitario. Los eurodiputados se lo recordaron en numerosas ocasiones al comisario de presupuestos, Günter Oettinger, la pasada semana cuando compareció ante la Eurocámara para presentar las futuras cuentas.

Sin embargo, el alemán avisó que este gravamen a Google, Facebook, Amazon y hasta 150 empresas más no estaba "lo suficientemente maduro" para ser contemplado como fuente de ingresos para el periodo 2021-2027. En materia presupuestaria, "la precisión es importante", advirtió Oettinger.

El fin de semana anterior a su aparición ante el pleno, los ministros de Finanzas de la UE habían discutido en su encuentro informal en Sofía (Bulgaria) la fórmula de la Comisión. Durante el debate, el ministro de Economía y Finanzas francés, Bruno Le Maire, casi se quedó solo defendiendo una idea que había sido respaldada por escrito el pasado otoño por una decena de estados miembros, incluidos Alemania, Reino Unido, Italia y España, además de Francia.

Silencio alemán

Fue especialmente notorio el silencio dentro de la sala del nuevo responsable de Finanzas alemán, Olaf Scholz. Aunque ante la prensa volvió a defender la idea, su retirada de la primera línea fue interpretada por fuentes diplomáticas como un intento por no molestar al presidente estadounidense, Donald Trump, cargando contra un sector dominado por empresas de su país en plena disputa comercial.

Para Francia, la estrategia debe ser precisamente la contraria. "Una cosa que he aprendido de mi semana en Estados Unidos con el presidente Emmanuel Macron es que los americanos solo te respetarán si muestras fuerza", dijo Le Marie a sus colegas de la UE, según contó una fuente europea a la agencia AFP.

Fue durante ese Consejo Ecofin cuando el ministro español de Economía, Román Escolano, informó al padre de la tasa Google en la UE, el comisario de Asuntos Económicos y Fiscalidad, Pierre Moscovici, sobre la intención del Gobierno de sacar antes un modelo nacional.

La maniobra española ha sido recibida en Bruselas con sentimientos encontrados. Moscovici valoró la iniciativa, porque "abre el camino" para que salga adelante la europea, justo en un momento en el que se atranca en la mesa de los Estados miembros. Pero subrayó que el Ejecutivo comunitario defiende una fórmula única europea.

La Comisión Europea argumentó en los documentos de su propuesta comunitaria que la tasa temporal a los gigantes digitales serviría precisamente para "evitar la adopción de medidas unilaterales por parte de los Estados miembros". Bruselas prevé que su tasa Google desaparecerá cuando salga adelante la armonización de las bases imponibles del Impuesto de Sociedades. Con esta armonización en toda la Unión Europea se evitará que el sector tecnológico se aproveche de los diferentes regímenes fiscales en la Unión para rebajar sus pagos al fisco. Pero esta propuesta "llevará tiempo", reconoce el Ejecutivo comunitario.

La Comisión aún no se atreve a cuestionar abiertamente los ambiciosos objetivos de recaudación del Gobierno. Pero fuentes comunitarias advierten que la tasa se quedará bastante corta para cubrir la subida de las pensiones y podría añadir una décima al déficit. Su valoración llegará a finales de mes, cuando el Ejecutivo comunitario presente su análisis sobre los Presupuestos de los países europeos. Con un desvío previsto del 4 décimas del objetivo de déficit de este año (hasta 2,6% frente al 2,2%) España no puede desequilibrar mucho las cuentas, o la paciencia que ha mostrado hasta ahora Bruselas se acabará.

Temor de la OCDE por la fragmentación

El interés por la armonización de una futura tasa Google no sólo inquieta a la Unión Europea. También la OCDE muestra su preocupación por la eventual fragmentación con tasas nacionales, o incluso regionales, al sector digital. En una entrevista concedida a elEconomista, su secretario general, Ángel Gurría, recomendó a la Comisión Europea que esperara a sacar su propuesta para la UE hasta que la organización terminara de pulir el modelo internacional que está ultimando.

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