
Mercedes-Benz registró el mejor trimestre de ventas de su historia al tiempo que Doris, una berlinesa de 68 años, comenzaba su turno como cajera de supermercado. Según la automovilística alemana, con la venta de más de 237.000 vehículos en marzo, se alcanzó el mejor mes de todos los tiempos y el mejor trimestre de la historia. Doris cobrará 450 euros a final de mes.
Ni siquiera dos décadas después de que el periódico británico The Economist describiera a Alemania como el "hombre enfermo de Europa", la primera potencia europea vive un estado de milagro económico que, según la canciller Angela Merkel, "ha llevado al pueblo alemán a vivir su mejor momento".
El superávit comercial se sitúa en 280.000 millones de euros anuales y el mercado laboral, que desterró hace tiempo tasas de paro de dos dígitos, experimenta uno de los auges mayores de su historia. Pero no todo brilla de la misma forma.
"Yo no entiendo de cifras -asegura Doris a elEconomista-. Solo sé que con mi pensión y a mi edad tengo que seguir trabajando si quiero llegar a final de mes". No es la única. Casi la mitad de los pensionistas en activo -un 47,5%,- tenía en 2016 un minijob; un empleo que tiene un límite de remuneración, que no está sujeto al pago de cotizaciones y que está fijado en 450 euros al mes.
Solo en 2016, últimos datos disponibles, un millón y medio de pensionistas se incorporaron a un puesto de trabajo, según datos del Ministerio de Trabajo alemán. En 2000, esta cifra era de 539.000, según se desprende de una declaración del Gobierno alemán en respuesta a un requerimiento del partido Los Verdes. Todo en un país cada vez más envejecido, y que ya cuenta con 21 millones de jubilados.
Modalidad de 2003
Esta modalidad laboral, que nació en 2003 bajo el mandato de Gerhard Schröder, es para muchos un incentivo a la pobreza y la marginalidad laboral. En el último Informe de pobreza, un 15,4% de la población alemana (12,5 millones de personas) vive en esa condición, de los que 3,4 millones son mayores de 65 años. De hecho, en Alemania se alerta de que esta dramática situación irá a peor con la reducción de las pensiones y el envejecimiento poblacional.
Muchos alemanes viven con el drama de no sobrevivir con su pensión, como una paradoja de ser pobres en una de las mayores economías del mundo. En esa línea, un 24,8% de los jubilados con trabajo eran anteriormente autónomos. Asimismo, el porcentaje de jubilados con empleo que estaban obligados a cotizar en la Seguridad Social era similar. Una circunstancia que ha llamado la atención de los expertos del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) que reclaman que los empleados en edad de jubilación puedan suscribir contratos sin restricciones.
"Al contratar a empleados que tienen derecho a una pensión indefinida, no debería haber ningún límite máximo respecto a la duración y al número de posibles limitaciones", señalaron Gert Wagner y Cornelius Richter, expertos del insitituto alemán de investigación , en un artículo publicado por el diario Tagesspiegel.