
Desde hace 27 años, no había tantos consumidores estadounidenses dispuestos a hacer grandes compras. El momento ha llegado ahora porque los precios, los descuentos y las promociones de las firmas minoristas no durarán mucho más, según la encuesta realizada por la Universidad de Michigan. Esto ha hecho saltar las alertas en los analistas y economistas que creen que este 'boom' del consumo puede incrementar la inflación.
Alrededor del 21% de los consumidores, el mayor porcentaje desde noviembre de 1990, ha asegurado en marzo que en la actualidad las condiciones para la compra de electrodomésticos, productos electrónicos y otros bienes duraderos para el hogar son "buenas" porque los precios no seguirán bajando, según la última encuesta del sentimiento del consumidor que realizó la Universidad de Michigan.

Los precios no bajarán
"En lo que respecta a las condiciones para la compra, el atractivo por los bajos precios ha desaparecido en buena medida", según ha asegurado Richard Curtin, el director de la encuesta de Michigan. "En el caso de los bienes duraderos, se ha visto reemplazado por la inclinación a comprar anticipándose a los posibles incrementos de los precios".
Ahora que los mercados financieros son más sensibles a los datos que podrían persuadir a la Reserva Federal para incrementar el ritmo de subida de los tipos de interés, las crecientes expectativas inflacionarias podrían convertirse en una nueva fuente de preocupación si se mantienen y generalizan.
Sin duda, los datos podrían indicar simplemente que a los hogares les preocupa el efecto en los precios de los aranceles, entre ellos los aplicados a las lavadoras y el acero, que puede afectar a un gran electo de bienes.
Aunque los consumidores podrían inclinarse a pensar eso, dijo Carl Riccadonna, el economista jefe de Bloomberg Economics, "la idea del aumento de los precios como consecuencia de los aranceles es muy exagerada, sobre todo si hablamos sólo de un espectro muy reducido de productos".
Los detalles de la última encuesta de la Universidad de Michigan entre los consumidores un 28% dijo que las condiciones para la compra de bienes duraderos eran buenas debido a unos precios más bajo. Se trata del menor porcentaje desde que la economía de EEUU entró en recesión.
Mientras tanto, otra cifra del informe de la semana pasada ha mostrado una demanda mayor de productos caros. Habitualmente sería una buena noticia para la economía. Pero dentro del contexto de lo que podría ser el comienzo de crecientes expectativas de inflación por parte de los consumidores, esto podría ser una advertencia para los banqueros centrales.
"La psicología inflacionaria genera temor porque es una profecía autocumplida: en lugar de reducir la demanda, la expectativa de aumentos de precios acelera las compras", asegura Curtin.
Hasta ahora, sin embargo, las expectativas de inflación crecen de forma muy gradual. Los consumidores que consultó la Universidad de Michigan contemplan una inflación del 2,8% para el año próximo. Si bien es el mayor nivel desde abril de 2016, está muy por debajo del ritmo entre 2011 y mediados de 2014.