Vendrá principalmente de la mano de Brasil, aunque Argentina también ayuda y México crecerá pese a las dudas sobre las políticas de EEUU. Martín Marrón admite que sería mejor que los tipos siguieran más tiempo bajos, pero no prevé un impacto significativo en la región
Desde una de las salas de conferencias en el vigésimo piso del 383 de Madison Avenue, Martín Marrón, consejero delegado de JP Morgan para América Latina y Canadá, se muestra optimista con la región, que según su parecer vive una recuperación "inevitable". Con más de dos décadas militando las filas del banco más grande de Estados Unidos, este directivo repasa con elEconomista algunos de los asuntos que preocupan a los mercados en estos momentos, desde el regreso de la volatilidad, al repunte de la inflación, la debilidad del dólar y la normalización monetaria de la Reserva Federal estadounidense (Fed). Factores que directa o indirectamente tienen consecuencias cuando los inversores miran al sur, donde países como Brasil, México y Argentina recuperan su brío aunque todavía con retos pendientes en el horizonte.
Tras el anémico crecimiento de la región y la profunda recesión en algunos países, ¿qué factores hay detrás del repunte en la coyuntura económica de Latinoamérica?
La recuperación que se está viviendo en Latinoamérica es inevitable y viene de la mano principalmente de Brasil, que tuvo la recesión más fuerte de toda su historia. El presidente Michel Temer ha intentado poner las cosas en orden y la recuperación ha sido casi inevitable. También ha acompañado Argentina, que es el tercer mayor país de la región, donde el nuevo Gobierno aplica desde hace dos años una política monetaria, fiscal y económica bastante razonable. Creemos que se está haciendo lo correcto. México sigue creciendo independientemente de las dudas que hay en el mercado con respecto a las políticas en Estados Unidos, el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y las elecciones este año. El hecho de que las materias primas suban es algo bueno para la región. En mayor o menor medida, todos los países de Latinoamérica, con la excepción de uno, tienen una correlación bastante fuerte con las commodities.
Mientras tanto, aquí en Estados Unidos, la volatilidad vuelve a hacer acto de presencia y la renta variable ha sufrido altibajos desde el mes de febrero. ¿Pone esto una mayor atención de los inversores en la región?
Hemos visto una vuelta a la volatilidad este año, que no es tan diferente de la que ya hemos visto en el pasado. La expansión que experimenta no solo Latinoamérica sino el resto del mundo es una de las más largas de la historia. Pero también sufrimos la recesión más larga de la historia con lo que no me sorprende tanto que la recuperación después de esa recesión también haya sido larga. El hecho de que Argentina y Brasil estén teniendo mejores gobiernos que los anteriores y políticas económicas más razonables es muy atractivo para los inversores. Sin embargo, estos en este momento no parecen estar prestando mucha atención al hecho de que este es un año electoral en Latinoamérica. Puede producirse algo de volatilidad una vez que nos acerquemos a cada una de las elecciones tanto en México, Brasil o en Colombia.
En este contexto, el valor del dólar se ha mantenido bajo pese a la normalización monetaria de la Reserva Federal y el avance económico de Estados Unidos. ¿Qué hay detrás de esta debilidad?
La debilidad del dólar frente a otras monedas, a mi juicio, no es una cuestión tanto de diferencia de tipos de interés, sino que es una cuestión más relacionada con cierta relajación fiscal en Estados Unidos. No olvidemos que la reforma de impuestos no es necesariamente positiva en términos fiscales sino todo lo contrario. Es por ello que la debilidad relativa del dólar estaría más relacionada a los temores fiscales hacia el futuro.
Uno de los hechos que ha generado cierta tensión en el mercado estadounidense es la posibilidad de un repunte en los precios que fuerce a la Fed a un ajuste más abrupto. ¿Le preocupa que este escenario se materialice?
¿La inflación es un problema hoy para la Fed? No. A mi juicio, el único camino que tiene la inflación en este país y probablemente en el continente europeo es al alza, a menos que haya alguna cuestión geopolítica que lleve al mundo a una recesión. Nuestro escenario observa cuatro subidas de tasas este año y otras cuatro alzas el año que viene. ¿Eso es algo bueno para el mercado emergente? No, y no lo ha sido jamás.
Entonces, ¿cuál considera que será el impacto para la región?
Esta es probablemente la subida de tipos más esperada de la historia de la humanidad. Además, llega en un momento en que la región se encuentra creciendo y no en recesión como pudo ocurrir en la década los 80 y principios de los 90. ¿Es algo que va a impactar de manera significativa las economías latinoamericanas? No. ¿Es algo positivo? Obviamente no. Sería mejor que las tasas estuvieran a estos niveles bajos durante un tiempo más. Pero el problema también es el siguiente: si los tipos de interés se mantienen a niveles muy bajos durante los próximos años es porque la economía no está creciendo, con lo cual eso no es bueno. Prefiero que la economía de Estados Unidos crezca, que las tasas de interés se incrementen y que sea de una forma ordenada y telegrafiada para que el mercado no se sorprenda.
Al mismo tiempo, la rentabilidad del bono americano ha comenzado también a enervar a los inversores de renta variable americana. ¿Veremos niveles que se acerquen hasta el 4 por ciento?
La rentabilidad del bono estadounidense a 10 años, que en este momento se sitúa alrededor del 2,85 por ciento, y que nosotros esperamos que toque el 3,25 por ciento, puede ser incluso más alta por una serie de razones. La primera y más importante es que obviamente la economía está mejorando y la Fed seguirá subiendo los tipos. La segunda es que el comprador natural de deuda estadounidense durante los últimos nueve años se aleja del mercado, y no era un comprador tímido, era más bien un Godzilla. Me cuesta creer que otro comprador natural del sector privado pueda reemplazar a la Fed. Creo que la rentabilidad del bono a 10 años americano es artificialmente baja.
¿Generará esto, junto con las subidas de tipos, problemas para la deuda en la región emitida en dólares?
No va a tener repercusiones positivas pero no va a ser un desastre como sí fue, por ejemplo, febrero de 1994 cuando Greenspan empezó a subir las tasas provocando una catástrofe entre los mercados emergentes. La mayoría de las compañías privadas en Latinoamérica, que son muy sólidas, no van a tener problemas. No descarto que haya alguna compañía que tenga una situación de financiación compleja y pueda llegar a tener problemas. ¿Presenta eso un riesgo sistémico? Para nada.
La administración Trump ha instigado la renegociación del TLCAN, anunciado aranceles al acero y al aluminio (aunque con excepciones) y también anunciado gravámenes a China. ¿Conseguirán estas medidas reducir el déficit comercial como busca el Gobierno de Estados Unidos?
La razón real de la existencia de semejante déficit comercial en Estados Unidos no es tanto una cuestión de aranceles, sino de diferencias relativas entre el ahorro privado que existe en Estados Unidos y el ahorro privado que existe en el resto del planeta. Mientras los americanos continúen consumiendo al ritmo que consumen, con o sin aranceles, y por una cuestión también de precios relativos de producción local contra producción en otro país, va a ser muy difícil cerrar esa brecha comercial. El miedo que tengo es el siguiente. Decíamos que la inflación no es un problema hoy, pero puede llegar a serlo en el futuro. Aplicar aranceles no ayuda, no ayuda en absoluto. Y entrar en una guerra comercial mucho menos. Nadie gana en una guerra arancelaria.
Las elecciones en México, pequeño paréntesis
Una de las preocupaciones que se mantienen vivas es qué ocurrirá con al acuerdo del TLCAN. "La expectativa que tenemos es que los tres países van a llegar a un acuerdo, y que el país que propuso esta nueva discusión no va a patear el tablero e irse del TLCAN. Tampoco hay que ser ingenuo y, cuanto más nos acerquemos a las elecciones presidenciales en México en julio o a las legislativas de Estados Unidos en noviembre, tal vez las negociaciones se estanquen. Nuestro pronóstico es que va a haber un acuerdo, es sano que los tres países se junten a discutir un tratado que tiene tantos años de antigüedad", apunta Martín Marrón, consejero delegado de JP Morgan para América Latina y Canadá. "Hay algo muy importante que hay que tener en cuenta y es el poder que tienen las economías independientemente de la voluntad política", indica. ¿Qué quiere decir con esto? "En los últimos 30 o 40 años los nexos económicos entre México y EEUU se han fortalecido tanto que inclusive si desaparece el TLCAN estos lazos continuarían, probablemente a otro precio y con efectos negativos tanto para Estados Unidos como para México".
Sobre las elecciones de julio, ¿puede haber volatilidad en el peso previamente? "Muy probablemente sí. En todos los países del mundo siempre hay volatilidad en sus divisas antes de unas elecciones, excepto en China", explica Martín Marrón, quien deja clara la postura del banco ocurra lo que ocurra. "Hace más de 100 años que hacemos negocios en México y nos queremos quedar 100 años más. Somos banqueros del Estado mexicano, no del Gobierno mexicano. Independientemente del Gobierno que haya, vamos a seguir apoyando a México, donde también somos banqueros del sector privado", sentencia.
Brasil, un ejemplo para toda Latinoamérica
Otro de los países de Latinoamérica que afronta este año unas elecciones es Brasil, donde también sigue pendiente el tema de la reforma de las pensiones. "Toda batalla deja ganadores y perdedores. No fue bueno que este Gobierno no pudiera imponer una reforma de pensiones provisional. El impacto del gasto en seguridad social que tiene Brasil es altísimo y es como una bola de nieve. Lo único bueno que deja esta derrota es que la mayor parte de los legisladores se han dado cuenta de que el país necesita una reforma de la seguridad social. Nuestro pronóstico es que el próximo Gobierno, que tomará posesión el año que viene [las elecciones son en octubre], probablemente tenga como prioridad aprobar esta reforma", considera Martín Marrón.
Sin embargo, la agencia de calificación Standard & Poor's rebajó en enero un escalón la nota de solvencia a largo plazo de la deuda soberana de Brasil, desde BB a BB- ante los avances "más lentos de lo esperado" del Gobierno a la hora de corregir los desequilibrios de la economía del país. "La mayor parte de las decisiones de las agencias de rating reflejan el pasado y no el futuro. La corrupción es un problema de América Latina, en algunos países más que en otros, y lo que ha hecho Brasil en los últimos tres años es un ejemplo que muchos países de la región deberían seguir", considera Marrón. Y continúa desarrollando esta idea: "Lo que ha hecho Brasil es extraordinario. Ha demostrado que las instituciones funcionan, sobre todo dos, el poder judicial y la policía federal. Brasil es un ejemplo para toda Latinoamérica. Desde el punto de vista de la corrupción, no tengo absolutamente ninguna duda de que Brasil es un país mucho más sano de lo que era hace no más de tres, cuatro años".
Argentina por fin tiene un plan económico
La bolsa argentina es, junto a la brasileña, una de las que resiste en positivo en el año, pese a las últimas dudas en los mercados de todo el planeta, con unas ganancias cercanas al 3,3 por ciento para el Merval. En opinión del consejero delegado de JP Morgan para América Latina y Canadá, "esta es la primera vez en la que hay un Gobierno que tiene un plan económico a largo plazo". Martín Marrón recuerda que el talón de Aquiles de la economía argentina siempre ha sido, sin excepción, el déficit fiscal y "este es un Gobierno que tiene un plan fiscal que por ahora está cumpliendo. No me sorprendería que con el objetivo de déficit primario de este año, que es del 3,2 por ciento, logren un resultado a finales de año aún mejor. Tienen un plan agresivo para el año que viene, que es 2,2 por ciento. Argentina va a tener un déficit fiscal probablemente comparable al de países como Uruguay".
Pero no solo eso, sino que el experto destaca que "este es un Gobierno que tiene credibilidad entre los inversores". No obstante, también recuerda que todavía no tiene mayoría en ambas Cámaras y que, además, cuenta con una oposición importante. Y no ha estado exento de críticas. "Hay algunos inversores que han criticado el hecho de que, a pesar de que este Gobierno sepa lo que hay que hacer, no lo haya hecho más rápido".
Martín Marrón argumenta por qué ha hecho lo que debía: "El motivo por el cual el Gobierno, a mi juicio correctamente, no subió las tarifas y las tasas de interés de golpe para bajar la inflación o impuso un recorte de gastos fiscales draconiano fue precisamente porque tuvo en consideración a la población argentina. Hubiera sido políticamente inviable aplicar eso. No nos olvidemos que Argentina es un país de alta conflictividad social".