
Durante su participación el pasado fin de semana en el Foro de Desarrollo de China, en Pekín, el consejero delegado de Apple, Tim Cook, fue claro al señalar que "los países que abrazan el comercio y la diversidad son aquellos que logran ser excepcionales".
En un claro mensaje orientado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el capitán de la compañía de Cupertino sentenció que aquellos que no apoyan el libre comercio y abren sus puertas al resto del mundo quedan rezagados al resto.
En dicho evento también estuvo Larry Fink, de la gestora BlackRock, quien recomendó tanto a Washington como a Pekín no entrar en una guerra comercial. "El mundo necesita que China y Estados Unidos sean fuertes. Lo que no necesita es una pelea pública que reduce oportunidades para todos", indicó Fink.
Declaraciones que se produjeron justo días después de que Trump firmase el decreto que permitirá aplicar aranceles a China por valor de alrededor de 60.000 millones de dólares (48.550 millones de euros, aproximadamente, al cambio actual) y que, además, ordena al Departamento del Tesoro diseñar recomendaciones que restrinjan la inversión del gigante asiático en Estados Unidos.
El pasado viernes, los aranceles al acero y al aluminio entraron en vigor mientras que esa misma jornada la administración Trump abrió un caso en el Organización Mundial de Comercio (OMC) contra las prácticas relacionadas con las licencias tecnológicas y de propiedad intelectual de Pekín.
China contraatacó anunciando planes para imponer o subir aranceles a un total de 128 productos estadounidenses, por un valor aproximado de 3.000 millones de dólares (2.428 millones de euros al cambio actual).