
El Banco Central Europeo (BCE) considera que el aumento de la edad de jubilación es más positivo para contrarrestar los efectos del envejecimiento de la población que la reducción de las pensiones. Reducir la cuantía relativa de las pensiones o incrementar las contribuciones para mantener el sistema tendría efectos negativos sobre la economía, según un artículo del boletín económico de la entidad publicado hoy.
El artículo advierte de que el envejecimiento de la población tendrá importantes implicaciones macroeconómicas y fiscales para la Eurozona y representará un desafío para que los países del área puedan reducir su endeudamiento y asegurar su sostenibilidad fiscal a largo plazo. No obstante, cada país tiene un sistema de pensiones con sus características y unas proyecciones diferentes para el futuro.
Una caída de la población en edad de trabajar podría afectar al crecimiento económico de forma directa justo cuando los gobiernos tendrán que afrontar unos gastos en pensiones y sanidad superiores a los de la actualidad. Estos factores pondrán en riesgo la sostenibilidad de la deuda, que dependerá de los tipos de interés y del crecimiento económico.
Retrasar la edad de jubilación
Asimismo, estima que el aumento de la edad de jubilación puede reducir los efectos macroeconómicos adversos del envejecimiento poblacional, gracias a su impacto en la fuerza de trabajo y en el consumo doméstico.
Por el contrario, apunta que reducir la cuantía de las pensiones (benefit ratio que es la pensión media respecto al salario medio de los trabajadores en activo) servirá "muy poco" para combatir esos efectos indeseados, aunque es cierto que su impacto negativo sobre la economía sería inferior que el incremento de las contribuciones para pagar las pensiones.

Según destacan los cálculos realizados por los economistas del BCE, el incremento de las cotizaciones sociales que paga el empresario tendría un efecto negativo sobre el PIB per cápita, el consumo y el nivel de empleo.
Pero la peor decisión sin duda sería la de incrementar los tipos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, que tendría un efecto negativo más que notable sobre el PIB per cápita, el consumo y el empleo.
El BCE precisa que esta es una afirmación general sobre los efectos macroeconómicos de la reforma de las pensiones y que no permite sacar conclusiones respecto a la agenda de reformas de un país específico.
Por otro lado, el BCE recomienda que los países que tienen sistemas de reparto (como España), deben moverse hacia sistemas de capitalización o sistemas que muestren mayor sostenibilidad.
"Los sistemas de financiación completa (fully funded systems) juegan un papel muy limitado en la Eurozona, con la notable excepción de Países Bajos... el cambio hacia un sistema de financiación completa hace más transparentes las carencias. Esto podría fomentar el ahorro doméstico", destacan los expertos.
Países Bajos cuenta con uno de los sistemas de jubilación más sólidos de Europa, basado por un lado en un pequeños sistema de reparto público que ayuda sobre todo los jubilados que han presentado menos ingresos durante su vida laboral. Pero cuenta con un segundo pilar que son las contribuciones de las empresas en nombre de sus empleados (fully funded system), y el tercer pilar formado por los planes privados.
Con la pensión pública la tasa de sustitución (porcentajes de pensión respecto al último salario) varía, cuanto menor es el salario más importancia tiene la pensión pública, mientras que los individuos con mayor nivel de renta dependen en mayor cuantía de la pensión privada obligatoria. Entre ambas vías, la tasa de sustitución media es del 96,9%.
Un envejecimiento dispar
El artículo indica además que el grado de envejecimiento de la población variará considerablemente de unos países a otros de la Eurozona. Detalla que los países con el mayor grado son actualmente Alemania, Grecia, Italia, Portugal y Finlandia, mientras que Irlanda se prevé que registre el menor ratio de envejecimiento en 2070 y España, Bélgica y Francia el menor aumento, según las proyecciones.
La entidad advierte de que existe un "riesgo de complacencia" respecto a la reforma de los sistemas de pensión públicos en los países del área y que las modificaciones llevadas a cabo "pueden no ser suficientes" para afrontar los desafíos relacionados con el envejecimiento poblacional.
"Las reformas de las pensiones no son solo necesarias para la sostenibilidad fiscal a largo plazo, sino que pueden ayudar, de manera general, a atenuar los efectos macroeconómicos del envejecimiento de la población", recalca.