La economía de Reino Unido creció en el último trimestre de 2017 un 0,5%, una décima más de lo previsto, pero en el conjunto del año el PIB aumentó en tasa interanual un 1,8%, el ritmo más bajo de crecimiento desde 2012. La ONS advierte de que se está produciendo una evolución más lenta y desigual de la actividad. La previsión es que en 2018 el PIB desacelere al 1,4%. l Las moquetas y los ataúdes muestran el efecto Brexit sobre el bolsillo de los británicos
El Brexit sigue lastrando a la economía de Reino Unido. El crecimiento anual del país bajó una décima en 2017 al 1,8%, después de liderar la expansión en Europa en 2016. La economía británica, si se cumplen los pronósticos, quedará muy atrás de EEUU, Alemania, Francia o España. El ritmo actividad es el más bajo desde 2013.
La salida de la Unión Europea está dañando el PIB. La economía doméstica está presionada por el aumento de inflación y la depreciación de la libra mermando el poder adquisitivo de las familias, mientras la inversión se encuentra paralizada a la espera que se resuelva como quedará las relaciones comerciales entre Reino Unido y el continente.
"A pesar de un ligero repunte en el último trimestre, la imagen subyacente es de un crecimiento más lento y desigual en toda la economía", ha indicado Darren Morgan, economista de la ONS.
La sorpresa positiva ha sido el dato del último trimestre por el fuerte repunte del sector servicios, que aumentó un 0,6%, y de la industria que mejoró un 1,3%, gracias a que aprovechó el tirón de las exportaciones con la libra a la baja y el buen tono de la economía mundial.
Morgan señala que el impulso provino principalmente por la aportación de la ETT, mercado del alquiler y la gestión de oficinas. Pero señala que el consumo ha sufrido y el sector de la construcción también está a la baja por tercer trimestre consecutivo.
