Uno de los ataques más frecuentes tanto de la oposición como de las organizaciones sindicales al Gobierno es que en los últimos cinco años ha aplicado la revalorización automática de las pensiones por la mínima del 0,25 por ciento. Sin embargo, el Ejecutivo defiende que los pensionistas sólo han perdido una décima de poder adquisitivo entre 2014 y 2017, debido a que en tres de esos cuatro años la tasa de inflación media fue negativa.
De acuerdo con estos datos, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, aseguró el viernes que la pérdida de capacidad de compra de los pensionistas en los últimos cuatro años fue "prácticamente irrelevante".
"No se trata de que se revaloricen menos, sino de que lo hagan de acuerdo con las posibilidades económicas del sistema en cada momento", dijo Burgos en declaraciones a RNE para explicar la filosofía de la reforma de las pensiones de 2013, que introdujo el nuevo Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) que desvinculó su subida de la evolución de la inflación.
Hasta entonces, las pensiones se revalorizaban por ley conforme a la tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) de noviembre, que era la que servía para calcular la compensación a la que te-nían derecho los pensionistas por una inflación mayor a la subida fijada a principios de año.
Desde 2011, año en el que el Gobierno del PSOE congeló todas las pensiones -salvo las mínimas y no contributivas-, los pensionistas no han vuelto a percibir esa paga compensatoria. Y desde 2014 se comenzó a aplicar la subida del 0,25 por ciento, el mínimo que el Gobierno del PP estableció por ley en su reforma de 2013 mientras la Seguridad Social estuviera en déficit.
El Ejecutivo defiende que esta subida mínima aplicada en los últimos cuatro años ha sido compatible con un mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones gracias a que entre 2014 y 2016 se registraron tasas medias de IPC negativas. Conforme a sus cálculos, las pensiones perdieron en 2017 un 1,9 por ciento de capacidad de compra, que se compensa con las ganancias de los tres años anteriores, lo que deja la merma en un 0,1 por ciento, que equivale a 210,5 millones de euros.
"Los pensionistas han mantenido su poder adquisitivo. Hay que ver la evolución a varios años, no en un sólo ejercicio", defendió Burgos, quien añadió además que entre los años 2014 y 2017 el número de pensiones a pagar por el sistema se incrementó en 400.000, un 4,4 por ciento, superando actualmente la cifra de 9,5 millones.
Asimismo, el secretario de Estado señaló que la cuantía media de las pensiones también se incrementó en ese periodo, un 7,5 por ciento, hasta 926,87 euros. En el caso de la pensión media de jubilación, el aumento desde 2014 fue del 16,5 por ciento, hasta 1.071 euros. En estos años, agregó, el gasto en pensiones se incrementó un 24 por ciento.
El año 2017, punto de inflexión
La afirmación del Gobierno, por mucho que pese, se sustenta en datos. La inflación cerró con medias negativas los años 2014 (-0,2 por ciento), 2015 (-0,5 por ciento) y 2016 (-0,2 por ciento), mientras las pensiones, aunque poco, subieron el 0,25 por ciento en esos ejercicios.
Sin embargo, con el retorno de la inflación al terreno positivo en 2017 -la media anual se situó en el 2 por ciento, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)-los pensionistas pudieron comprar menos con una prestación mayor.
Y este año será el segundo consecutivo de pérdida de poder adquisitivo. La pensión media (926,87 euros, según el último dato) sube apenas 2 euros y 30 céntimos, pues el alza del 0,25 por ciento incluida en el plan presupuestario enviado a Bruselas no alcanza, ni de lejos, la escalada esperada de los precios del 1,2 por ciento.
En concreto, la pensión media, actualizada con el IRP, sube a 929,17 euros, mientras si se incrementase en función del IPC escalaría 9 euros más, hasta 937,9 euros. Por su parte, el colectivo de pensionistas más numeroso, los jubilados, verán subir su pensión 2 euros con 60 céntimos con el IRP, desde los 1.071 euros de 2017 hasta 1.073,6. La cuantía tendría que elevarse hasta 1.083,8 euros, 10 euros mensuales más, para evitar la pérdida de capacidad de compra, teniendo en cuenta el incremento de los precios que prevén los analistas para este año, del 1,2 por ciento. El panorama se complica en un contexto en el que el BCE mantiene el objetivo de inflación en el 2 por ciento.