
Las agendas internacionales del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y su homólogo argentino, Mauricio Macri, comparten, al menos, un objetivo prioritario este año: acelerar las negociaciones del acuerdo comercial entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea (UE), un rompecabezas que acumula 16 años sin resolver.
Tras años de relaciones bilaterales reducidas a su mínima expresión, lastradas por la nacionalización de la petrolera YPF y su expropiación a la española Repsol por parte del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en 2012, España vuelve a confiar en Argentina. "Hemos decidido relanzar nuestra relación, recuperando la máxima confianza", anunció Macri ayer en la rueda de prensa posterior a su encuentro con Rajoy en el Palacio de la Moncloa. "Tras unos años difíciles -recordó el jefe del Ejecutivo español- nuestras relaciones han recuperado su tradicional vigor".
La reconciliación es clave no sólo para ambos países, sino que se hace extensiva al Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y al conjunto de la UE, en un momento en el que la postura proteccionista que previsiblemente adoptará Estados Unidos bajo el mandato de Donald Trump abre nuevas oportunidades para las economías europeas en América Latina.
Conscientes de los importantes beneficios que reportaría a ambos lados del Atlántico el acceso a 750 millones de consumidores en la UE y 250 millones de clientes en Mercosur, España y Argentina se han propuesto asumir un papel protagonista en las negociaciones de un acuerdo, que tanto Macri como Rajoy consideran "muy positivo".
Por ello, la prioridad, aunque no la certeza, es cerrar la firma en 2017, algo que se presenta complicado a este lado del charco, dado que, si bien el entendimiento es apoyado, además de por España, por Alemania e Italia, cuenta con el firme rechazo de Francia, Irlanda, Polonia y Hungría, que buscan proteger el sector agrícola.
Estas diferencias entre las potencias europeas han propiciado una cocción del acuerdo a fuego lento, a la que ahora se proponen dar brío España y Argentina. "Espero que este año haya pasos significativos, aunque no puedo dar una fecha para un acuerdo final", dijo Rajoy al respecto. "Veo una vocación para llegar a un acuerdo como no hubo nunca antes", agregó Macri.
Por su parte, el ministro de Economía, Luis de Guindos, y su colega argentino, Francisco Cabrera, acordaron esta misma semana acelerar el demorado acuerdo comercial entre el bloque europeo y el suramericano con una reunión técnica, que se celebrará en los próximos meses en Buenos Aires, con la meta de que quede cerrado este año.
Las empresas, protagonistas
El tiempo apremia y el momento es idóneo, ahora que Argentina ha llevado a cabo, en palabras de Rajoy, una "ambiciosa política reformista" en los 14 meses que lleva Macri en el poder. El presidente español mencionó medidas como el levantamiento del cepo cambiario, la eliminación de aranceles a la exportación, la simplificación aduanera y la actualización tarifaria, decisiones que, a su juicio, "tendrán un efecto muy positivo sobre las inversiones de España, que es el segundo país inversor en Argentina, y para las empresas españolas".

Encuentro con los empresarios en la sede de la CEOE. Imagen de Nacho Martín
Estas últimas, de hecho, fueron las grandes protagonistas de la jornada de ayer. Las intenciones de Macri en su gira por nuestro país son claras: seducir a la inversión española, y, para ello, el líder austral ha desplegado grandes esfuerzos en su acompañamiento: más de 200 empresarios argentinos han venido a analizar las oportunidades de negocio con nuestras compañías.
El presidente de la República desayunó en el Palacio de El Pardo, en un encuentro al que asistieron, entre otros, la secretaria de Estado de Comercio, María Luisa Poncela; el presidente de CEOE, Juan Rosell; y el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, además de importantes representantes del tejido empresarial español como el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, el vicepresidente del Banco Santander, Rodrigo Echenique, o el presidente de BBVA, Francisco González.
Tampoco quisieron dejar pasar la oportunidad de impulsar la renovada relación bilateral las pequeñas y medianas empresas. Más de 800 personas se dieron cita en la madrileña sede de la CEOE para participar en 600 encuentros B2B, según informan desde la patronal.
En la sesión inaugural de la jornada, el vicepresidente de CEOE y presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, apostó por potenciar la inversión en Argentina en sectores como las infraestructuras, la agroindustria, las energías renovables, la banca o los seguros.